martes, 14 de septiembre de 2010

M. Night Shyamalan: `El Protegido´



“¿Sabes qué es lo más aterrador? No saber cuál es tu lugar en el mundo. No saber por qué estás aquí. Es una sensación horrible...”
-Elijah Price (Samuel L. Jackson)
Convertirse de la noche a la mañana en el niño mimado de Hollywood tiene sus ventajas. En el caso de Shyamalan considero que una de esas ventajas fue el poder dirigir una película tan rara y personal como lo es `El Protegido´ (`Unbreakable´, 2000). Entre los (grandes) inconvenientes de ese prematuro éxito está el molesto hecho de que ninguna de sus futuras películas ha sido juzgada correctamente por el público en general, pues a partir de ahora todo el mundo buscaba en los trabajos de Shyamalan algo que el director indio nunca ha mostrado el menor interés en hacer: `El Sexto Sentido 2´.
Eso fue lo que le pasó a `El Protegido´, que no fue un fracaso sencillamente porque arrastró al cine a todos los curiosos que querían ver lo nuevo del director de “la peli del niño que ve muertos”, pero que realmente convenció a pocos. Irónicamente `El Protegido´ es sustancialmente mejor que `El Sexto Sentido´: una película fascinante, aterradora, emocionante... y más cosas que no soy ni siquiera capaz de expresar con palabras. Resulta pues, muy difícil hablar de ella, considerándola como la considero una de mis películas favoritas, pero voy a intentar hacerlo lo mejor posible.

Elegancia y clasicismo

`El Protegido´ fue la primera película que Shyamalan dirigió en formato panorámico (esto es: el formato que ocupa enteramente el ancho de la pantalla de cine), que suele considerarse un formato “más cinematográfico” que el 1:85. El que sea esta (hasta la llegada de `Airbender´) la única película que Shyamalan ha dirigido de este modo me llama la atención, pues considero que tanto la elección panorámica como los movimientos de cámara denotan un gusto algo más clásico de lo que suele ser habitual en él. No digo que no conserve su estilo, pues muchas de las cosas que están en `El Protegido´ ya estaban en `El Sexto Sentido´, pero aquí todo está servido con mayor elegancia. Mucha mayor elegancia. En menos de un año Shyamalan parece haber crecido como director lo que muchos no crecen en toda su vida, y consigue una narración visual prodigiosa y a la vez carente de todo divismo.

No hay un solo plano feo en `El Protegido´, ni una sola escena que no parezca milimétricamente planificada (escenas que aun así resultan de lo más naturales y espontaneas como en `The Sixth Sense´). Por supuesto no estoy hablando de un “estilismo visual” a base de efectos (a lo Zac Snyder), pues Shyamalan sigue apostando por una historia fantástica contada desde un punto de vista completamente realista. No, aquí no hay luminosas puestas de sol digitalizadas ni espectaculares cámaras lentas, aquí lo que hay es cierto gusto por el Hollywood clásico y el romanticismo de las historias héroes (perfectamente reflejado en las partitura de un especialmente inspirado James Newton Howard).

La mayor parte de la película está resuelta con una sucesión de planos secuencia (escenas sin cortes) en la que la cámara siempre ejecuta movimientos calculados y nunca gratuitos. A veces ejecuta ligeros travellings, acercándose o alejándose lentamente. Otras veces vaga de un sitio a otro (la estupenda escena del inicio el tren), de modo que siempre hay algo que no vemos, a pesar de lo cual la cámara parece captar el lugar indicado en el momento adecuado siempre (no me quiero ni imaginar la planificación y repeticiones que hicieron falta para que quedase así, sólo sé que queda perfecto). Muchas veces lo que vemos es un plano general en el que los actores están al fondo, a pesar de lo cual oímos la conversación perfectamente (David y Elijah en el estadio, o David y su hijo antes de que éste se vaya a entrenar).
Shyamalan dirige con pulso firme, rozando (por no decir alcanzando) la perfección. Parece que siempre sabe cómo planificar la escena y dónde poner la cámara para crear las sensaciones más interesantes. La imagen es utilizada aquí como lenguaje (al igual que en los comics), y en ella se pueden encontrar aspectos realmente curiosos. Por ejemplo: la escena en la que Elijah cae por las escaleras y vemos cómo se rompe su bastón de cristal al mismo tiempo que sus delicados huesos, o el curioso hecho de que en las primeras escenas sólo veamos a Elijah precisamente a través del reflejo de algún tipo de cristal. El color violeta con el que está envuelto el primer comic que le regalan y que luego irá ligado al personaje. O el llamativo color de las prendas de la gente con la que David tiene visiones, en las cuales sólo se aprecia precisamente ese color.

Pero si bien se debería de enseñar `El Protegido´ en cualquier escuela de cine como curso de elegancia y buen hacer visual (contenido y sin exageraciones) la película no se queda atrás en ninguno de sus demás aspectos, sobresaliendo especialmente por uno de los mejores guiones (sobre todo más originales) escritos en los últimos veinte años y unos actores en estado de gracia.
La búsqueda de uno mismo
Es curioso cómo hay elementos en el cine de Shyamalan que siempre se repiten. Al igual que en su anterior film el director parece esconder un tipo de película en otra bien distinta. Y si bien en `El Sexto Sentido´ se disfrazaba una historia de superación personal y redención de película de fantasmas, aquí se disfraza una historia sobre la búsqueda de uno mismo con el envoltorio de comics y héroes. `El Protegido´ nos cuenta la historia de David Dunn (un soberbio y contenido Bruce Willis, en el que sin duda es su mejor papel desde John McClain), que se convierte en el único superviviente milagrosamente ileso de un fatal accidente ferroviario. Esa experiencia despierta algo en él, y provocará que al regresar a su desmoronada vida (ver el gélido encuentro con su mujer en la sala de espera del hospital) tenga apetito de respuestas, que quiera saber cuál es el sentido de su existencia (como todos, ¿no?).  
Es entonces cuando entra en juego Elijah Price (estupendo Samuel L. Jackson), un estudioso de los comics con una extraña enfermedad (huesos extremadamente frágiles) que le propone a David una increíble teoría que justifica el que haya sobrevivido al accidente y el vacio que parece reinar en su vida. Al igual que el de Malcolm y Cole, el destino de David y Elijah parece inevitablemente unido. Se necesitan el uno al otro (hasta un punto que ninguno de los dos puede sospechar) para dar sentido a sus respectivas vidas. La reticencia del uno y la insistencia del otro provocarán que esta relación no sea especialmente amistosa (al menos al principio), y por ello los momentos más emotivos e íntimos se encuentran fuera de ella: la relación de David con su familia, y Elijah con su madre cuando es pequeño (imposible no acordarse de la similar relación madre-hijo de `The Sixth Sense´).

Pero `Unbreakable´ es principalmente el viaje de David de la oscuridad hacia la luz, un viaje de descubrimiento que deberá hacer para sentirse realizado como ser humano y funcionar (como marido, como padre, como persona). Sin duda Elijah es el que participa más activamente (el que le muestra el camino), pero finalmente descubrideros que su función es aún mayor de lo que parece. Todos los demás personajes parecen relegados a un segundo plano, cumpliendo funciones secundarias en ese viaje. Tanto Spencer Treak Clark (`Gladiator´, `Mystic River´) como la preciosa Robin Wright Penn (`Beowulf´, `Forrest Gump´) están fantásticos en los roles del hijo y la esposa. El primero es la autentica motivación de David, el que le anima a creer en él mismo (el entrenamiento con las pesas) y la segunda le da a la historia una connotaciones románticas maravillosas (la escena en el restaurante en que tienen una falsa primera cita).
Tras el hermoso recuerdo del accidente sufrido en su día con su esposa (la música de Newton Howard le hace mucho bien) David acaba creyendo la teoría de Elijah, y se dispone a cumplir con su destino siguiendo a un asesino (al que ha descubierto utilizando sus “habilidades”) hasta la casa en la que tiene secuestradas a unas mujeres. Tanto la escena en la que David es arrojado por la ventana (la cámara da vueltas sobre sí misma, desde el punto de vista de David) y cae la piscina (el agua: siempre un elemento místico en el cine de Shyamalan), y logra milagrosamente salvarse, como en la secuencia en la que elimina brutalmente al psicópata de naranja me parecen momentos de una intensidad magnifica, que sirven para negar la blandenguería de la que a veces es acusado el cine de este director. Aquí asistimos a un asesinato (crudo, violento y sucio) rodado por Shyamalan sin efectismos.
Sólo la música de James Newton Howard (al que Shyamalan pidió un trabajo con algo más de “independencia” de la que tenía la partitura de `El Sexto Sentido´) suena heroica en todos esos momentos, como si director y compositor jugasen a dos cosas distintas, cuando lo cierto es que el uno se complementa al otro. Howard logra hacernos ver lo que Shyamalan con su cámara (siempre atada al mundo real) no puede: el heroísmo, el romanticismo, la magia… La escena en que David coge a su mujer en brazos y la lleva de vuelta a su dormitorio bien merece creer en todas esas cosas. Al igual que el emotivo momento en el que le insinúa a su hijo por la mañana que tenia razón con respecto él. David consigue dar con su razón de ser, y con ello parece recomponer a su familia rota, llevando la paz a su hogar.

El destino
Shyamalan nunca ha sido de recrearse en finales felices. Una vez superados los obstáculos la historia termina, dejando el final feliz para la mente del espectador. Pero nunca había terminado una película de forma tan oscura, pesimista y jodida como lo hace con la resolución de `El Protegido´. La reunión entre Elijah y David. El momento de los agradecimientos y las despedidas. Se dan la mano. ¿Sabía Elijah lo que iba a pasar a continuación? Seguramente sí. Quienes no lo sabíamos somos David y el espectador, que nos quedamos estupefactos viendo los pecados más terribles e inimaginables realizados por Elijah, que en su afán por encontrar al “hombre invencible” fue el causante de una serie de atentados, incluido el del tren.
David parece horrorizado, mirando a su alrededor y dándose cuenta de todo. Elijah sin embargo parece tranquilo mientras dice con aire triste una gran verdad: que no hay nada más terrorífico en esta vida que el no saber la razón de nuestra existencia. Entendemos a Elijah, sentimos compasión por él y su trágica vida, y al mismo tiempo le odiamos por haber tomado esas horribles decisiones. Todas esas emociones se presentan ante el espectador en este final sorprendente e increíblemente poderoso que acaba por redondear la historia, incluso hacerla más grande. Pues no sólo hemos asistido al encuentro de la razón de ser de David, sino al mismo tiempo (y sin saberlo) también de la de Elijah.

David y Elijah son las dos caras de la misma moneda, héroe y villano. La cámara se aleja de ambos mientras se miran el uno al otro, convirtiendo el momento en algo completamente épico. David huye del lugar, incapaz de soportar esa horrible verdad. En contraste resulta entre triste y escalofriante ver como Elijah acepta su cruel destino, casi con orgullo (“¡no soy un despojo!”), feliz de tener un papel en este asqueroso mundo a pesar de ser el peor inimaginable. Un papel que él mismo, con sus actos, se ha buscado. Es en todo esto donde sorprende la dureza de Shyamalan. ¿Dónde está el vieja de la oscuridad a la luz de Elijah? ¿Dónde está su satisfacción final? Yo no veo nada de eso por ninguna parte. Sólo hay lugar para la tristeza y la desesperación.

Shyamalan nunca ha vuelto a rodar una fantasía tan oscura y pesimista como con esta película, que nos muestra las luces y las sombras de la vida por igual. Tanto el éxito y la esperanza en el viaje de David, como la oscuridad y la tristeza en el de Elijah. Tampoco ha vuelto a escribir nunca un guión tan sólido, ni dirigido con tanta elegancia y maestría. Es por ello por lo que considero `El Protegido´ la mejor película de M. Night Shyamalan, y la piedra angular para defender todo su cine. Es una película sencillamente perfecta, seguramente la mejor que se ha hecho jamás sobre la mitología del superhéroe (que no adaptación de comic). Una obra maestra imperecedera, injustamente menospreciada en su momento, que el tiempo empieza a poner poco a poco en su justo lugar.

PD: Al parecer Shyamalan planificó esto como una trilogía, con los títulos de `Unbreakable´, `Breakable´ y `Broken´ (`Irrompible´, `Rompible´ y `Roto´). Personalmente me resulta difícil imaginármelo. `Unbreakable´ me parece perfecta tal y como está.

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