jueves, 26 de mayo de 2011

`En Tiempo de Brujas´, el subproducto de la temporada



“¿No tienes la sensación de que Dios tiene demasiados enemigos?”
-Felson (Ron Perlman)
Tras la temporada precedente a los Oscar, que llegó a su fin con la celebración de la glamurosa gala, se notó un importante descenso en la calidad de las películas que nos llegaban así como mayor nivel de comercialidad en las propuestas (lo cual en un principio no tiene que estar reñido con la calidad), síntoma que suele llegar a su culmen con los estrenos de mayo, que es cuando empiezan a exhibirse los blockbusters veraniegos (muchos de ellos las películas más esperadas del año). Así pues, y conocido ya el fenómeno, es normal notar que una película como esta se estrenara justo en esta época, si bien eso no justifica el que sea un despropósito de tamañas dimensiones. Y es que `En Tiempo de Brujas´ (Season of the Witch, Dominic Sena, 2011) es algo así como el anticristo del cine de entretenimiento, un producto rancio y defectuoso en el sentido más malévolo y endemoniado de la palabra.
Lo cierto es que el tráiler ya advertía de ello, pero al final, cuando uno se ve frente a frente a la cartelera y ve el rostro de Nicolas Cage en cartel, se deja llevar por ese instinto que nos lleva a tirar de lo conocido que, aunque no sea exactamente siempre algo bueno, por lo menos es conocido. Porque lo cierto es que uno no puede confiar un carajo en el criterio de Cage, menos estando como está ahora completamente arruinado y endeudado hasta las cejas, situación que le lleva a aceptar cualquier tipo de papel y (por si fuera poco) a no parar de trabajar. Es más, con las pintas que lleva en ésta cinta, no me extrañaría nada que hubiera rodado `En Tiempo de Brujas´ al mismo tiempo que `El Aprendiz de Brujo´ (The Sorcerer´s Apprentice, Jon Turteltaub, 2010), sin descansar siquiera para dormir y poniendo el mismo nulo entusiasmo en ambas actuaciones (lastima no verle pasándoselo pipa como en `Kick-Ass´ o en `Teniente Corrupto´).
Tampoco se puede confiar absolutamente nada en el director Dominic Sena, que ya había dirigido a Cage en el mediocre remake `60 Segundos´ (Gone in 60 Seconds, 2000), y que realiza aquí una labor penosa, a años luz de su mejor film, la más que decente `Operación Swordfish´ (Swordfish, 2001), demostrando que sin un presupuesto elevado es incapaz de rodar un producto mínimamente aceptable, realizando una película cutre, visualmente desastrosa, de efectos especiales ridículos y, en general, técnicamente bochornosa. Me es difícil entender cómo `En Tiempo de Brujas´ no ha pasado directamente a formato doméstico, como sí lo hizo la anterior película de Sena, `Witheout´ (id, 2009), pues desde luego no vale ni de lejos el precio de una entrada ni merece ser vista en cine (que merezca ser vista de otra forma ya lo dejo en conciencia de los gustos casposos de cada uno).
Básicamente la trama nos sitúa en mitad del siglo XIV, cuando el caballero Lavey (Cage, con un peinado horrible como viene siendo habitual) y su compinche Felson (Ron Perlman, otro buen actor que cuando no está Guillermo del Toro de por medio no sabe ni dónde se mete) vuelven a su tierra natal hartos de las barbaries vistas en las cruzadas (aunque también se divertían lo suyo, mira tú por donde). Al llegar a casa se encuentran con que la peste y la desesperación inundan Europa. En pos de preservar la calma, ambos caballeros acceden a escoltar a una joven acusada de brujería hasta un recóndito monasterio, pues aseguran que ella es la causante de todo ese mal. Lavey, escéptico, no cree del todo esa explicación, y espera poder demostrar la inocencia de la joven, pero en el camino se encontrará con las mismísimas fuerzas de la oscuridad, que lo retarán a él y a su grupo (que sí, incluye al joven con sueños de convertirse en un gran caballero que aprende el arte de la espada en cinco minutos, tópicos que no falten).

No, no voy a acusar a `En Tiempo de Brujas´ por no ser un interesante análisis sobre la sociedad de aquella época y su obsesión por cazar, juzgar y asesinar a mujeres inocentes por un ridículo fervor religioso (de hecho, mucho más temible que la brujería en sí misma). Al fin y al cabo ya tengo vista la estupenda `El Crisol´ (The Crucible, Nicholas Hytner, 1996) y con eso voy sobrado. No. Aunque parezca mentira sabía a lo que me metía, y por ello fui armado con un decente tarro de palomitas (no es mi costumbre, pero un día es un día). Las palomitas estaban rancias pero eran digeribles, por contra, no se puede decir ni eso de esta mezcla no menos rancia de terror, acción y fantasía, que carece por completo de tensión, emoción o aventura, siendo un infumable pastiche de tópicos mal mezclados y peor servidos. Hasta tal punto que mientras la veía estaba pensando en mis cosas tan tranquilamente, volviendo a reparar en la película tan solo cuando ocurría algo “destacable”.
Ni siquiera critico la película por ser un producto cutre o de serie B. Yo mismo he llegado a defender películas así, casposas e incluso malas, porque sí, porque me parecen divertidas y que, dentro de sus limitaciones, cumplían su objetivo. Ya quisiera `En Tiempo de Brujas´ estar a la altura de esos entrañables subproductos. El film de Sena se queda en un algo estúpido y mal dirigido, que resulta bochornoso precisamente por no darse cuenta de sus limitaciones, y que pretende inquietar o emocionar cuando lo único que provoca es risa (la ridícula batalla final). Por si fuera poco intentan hacernos tragar esta infumable aventura con una partitura exageradamente épica de Atli Örvarsson, del que nada malo se puede decir sobre su labor salvo que resulta estéril por la absoluta mediocridad de las imágenes que acompañan a su potente banda sonora.

Tenían a Cage y a Perlman. ¿Tanto les hubiera costado hacer una aventura algo más desmelenada, comiquera y sangrienta? Si a pesar de no haber tenido talento suficiente para hacer una aventura de terror creíble hubieran optado por un sano gamberrismo y mayor grado de entretenimiento, nada tendría yo que objetarle a un producto así de honesto. Pero que nos metan doblada una película de terror y aventuras rancia, que sencillamente no funciona como tal, y que encima ahonda ridículamente en el interior de su protagonista, en sus temores y su culpa (el desperdiciado juego de manipulación de la sobreactuada “bruja”), pues me parece un insulto a la inteligencia de cualquier espectador. Cage puede estar contento, ya es gracias a mí un hombre un poco menos arruinado, y sólo ha tenido que colarme este absoluto bodrio. Eso sí, la gente puede ser tonta pero no retrasada, a ver cuántas más logra colarnos…

2 comentarios:

Unknown dijo...

Uhhh...yo que tenía ganas de verla en el cine cuando salió. Creo que hice lo correcto al evitarla. Buen post. Saludos

www.rlnmovies.blogspot.com

Alain Rodriguez dijo...

Desde luego no merecía la pena pagar por verla en el cine (lo digo por experiencia), porque es una película de estantería de videoclub. Otra cosa sería verla en casa con amigos un día de aburrimiento, así no te digo ni que no sirva para echarse unas risas.