Charles Xavier (James McAvoy): “Escúchame atentamente amigo mío, matar a Shaw no te traerá la paz”Erik Lehnsherr (Michael Fassbender): “La paz nunca ha sido una opción”
Las dos primeras entregas de `X-Men´ dirigidas por el habitualmente infravalorado Bryan Singer (`Sospechosos Habituales´, `Valkiria´) no sólo fueron de las primeras películas que pusieron de moda la ya cansina moda de las adaptaciones cinematográficas de superhéroes, sino que también son de las que mejor paradas han salido, más ahora vistas con el paso de los años y comparadas con el tipo de deprimente espectáculo que ofrecen ahora (llámese `Lobezno´, `Iron Man 2´ o `Thor´). Vale que las películas dirigidas por el director de `Sospechosos Habituales´, que abandonó la saga para adaptar otro superhéroe con la incomprendida y bellísima `Superman Returns´ (2006), no eran obras maestras, pero que me aspen si no era cine inteligente, serio, emocionante y bien realizado (la escena del ataque del rondador nocturno al presidente con la que comienza `X2´ es poco menos que prodigiosa).
Ahora tocaba ver si un nuevo director en alza como lo es Mathew Vaughn (la simpatiquísima `Stardust´ y la estupenda `Kick-Ass´ son obra suya) lograba alzar una franquicia hundida tras la marcha de Singer (de vuelta en esta como productor) por gente sin ningún talento o imaginación como Brett Ratner o Gabin Hood, y que nos devolvía al origen de los X-men centrándose principalmente en la juventud de Charles Xabier y Erik Lehnsher (alias Magneto) interpretados por dos actores muy de actualidad: James McAvoy (`El Último Rey de Escocia´, `Wanted´) y Michael Fassbender (`Malditos Bastardos´, `300´), y que todo hay que decirlo: están clavaos como las imágenes rejuvenecidas de Patrick Stewart y Ian McKellen. A estos dos los acompañan tanto actores de renombre como jóvenes promesas buscando su oportunidad: Kevin Bacon, January Jones, Jennifer Lawence, Rose Byrne, Caleb Landry Jones, Nicholas Hoult y Oliver Platt, entre otros.
La verdad es que `X-Men: Primera Generación´ no es un peliculón como podría llamarse. No es un señor espectáculo ni una de esas películas que hay que ver a toda costa. Pero aún con sus limitaciones y defectos, no creo que pueda decirse más que lo ya adelantado en el titular: que es un decentísimo entretenimiento veraniego, entretenido, espectacular y emociónate, perfecto para entrar en una sala de cine un día caluroso y evadirse. Pero no como lo haría uno con la decepcionante `Thor´, o con la inconsistente `Piratas del Caribe 4´, intentando a base de autoengaño negar la evidente mediocridad del producto que tiene enfrente, sino disfrutando de lo que es y dándose cuenta de que no pretende ser más. La película de Vaughn no insulta la inteligencia de nadie y se preocupa lo suficiente por la historia que está contando, sin explotar como lo hizo en manos de Singer pero lejos del vacío y la frivolidad al servicio de los efectos especiales demostrados por las últimas producciones de la Marvel.
Precisamente eso es lo mejor de `X-men: Primera Generación´, que se pierde ese toque estándar impuesto en todo este tipo de cintas desde el estreno de la entretenida `Iron Man´ (un producto decente pero que al parecer ha hecho más mal que bien). La película de Vaughn se siente diferente, en parte por el tiempo en el que se desarrolla (años sesenta), el mismo en el que precisamente tan de moda se pusieron los comics. Todo ello hace que esta sea seguramente la película de la Marvel más parecida a la estética de su cómic que se haya hecho hasta ahora. A esa estética sesentera se le une la colorida fotografía John Mathieson, similar a la ya empleada por Vaughn en la no menos comiquera `Kick-Ass´ (que al fin y al cabo era un producto deliberadamente muy referencial al mundo del cómic). Incluso el que algunos efectos digitales no estén del todo conseguidos contribuye a alimentar esa estética pop (ver los títulos de crédito finales), que en mi opinión queda lejos del estupendo realismo de `X1´ y `X2´ pero que, ¿para qué engañarnos?, le pega a la historia.
Esos y otros muchos más son los aciertos de esta precuela con identidad propia (pues no busca simplemente “completar” a sus predecesoras), como el presentar una galería de personajes completamente nueva a la que la mayoría conocemos del tebeo o la serie de televisión, o que la trama transcurra ligada a hechos históricos verídicos (como `Watchmen´). Además el bueno de Vaughn filma bien en formato panorámico, encuadra de manera amplia la escena y huye del montaje acelerado con el que no te enteras nada (espectacular batalla final). Tampoco ha caído en ese mal de nuestro tiempo que es la conversión de última hora al 3D, lo cual es de agradecer. Entre lo malo: que no entiende tan bien como Singer la desesperación y drama de estos seres excluidos de la sociedad, que parezca algo contenido en las escenas de violencia (parece que los de la Fox se han dado cuenta de que tenían que tener bien atado a este director a tenor de su anterior trabajo) y que a muchas veces la película se note demasiado precipitada y acelerada (la relación de amistad y posterior rivalidad entre Charles y Erik siempre se intuyó como algo de varios años, y aquí se zanja en un espacio de pocas semanas), sin conseguir la necesaria carga y evolución dramática.
Da la sensación de que Vaughn no es un director capaz de tomarse excesivamente enserio sus películas (tanto `Kick-Ass´ como `Stardust´ tiraban más por la comedia), lo cual no beneficia concretamente a esta. Pero en definitiva, pesa mucho, muchísimo más lo bueno que lo malo. Si con algo me quedo de esta quinta entrega del universo `X-Men´ es con la relación entre Charles y Erik, que funciona a la perfección con la de los dos viejos amigos que vimos en las primeras películas y que era, para ser sinceros, el mayor aliciente y razón de ser de esta película. Creo sinceramente que James McAvoy y Michael Fassbender están perfectos, el primero como un joven y algo alocado Xabier y el segundo (que por cierto, repite escena en un bar hablando alemán recordando casi directamente su estelar aparición en `Malditos Bastardos´) componiendo un atormentado y vengativo villano en potencia.
Hay concretamente una escena con ellos dos que me encanta, y es esa en la que Xabier intenta serenar la mente de Erik para que controle mejor su fuerza, y para ello indaga en lo más profundo de su pensamiento buscando un recuerdo feliz entre tanto horror, concretamente un recuerdo de él y su madre ya casi olvidado. Es entonces cuando Charles llega a sentir el dolor de Erik, y ambos comparten una lágrima por ese mismo recuerdo. Es genial cuando en un producto puramente comercial como este, ideado por estudios con la intención de ganar dinero, hay espacio para algo tan íntimo, tan personal, tan… ¿humano?
3 comentarios:
Esa escena que mencionas al final es memorable y la definiste muy bien.
Lo que me encanto de esta cinta es que nunca ponen a los chicos de Xavier como superhéroes, estrictamente hablando. Sino como personas diferentes que hacen lo que pueden con lo que tienen para poder acabar con una amenaza mundial.
Fassbender: inmejorable. Ya se ha vuelto uno de mis actores favoritos. Saludos y buen post!
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Sin duda Fassbender está demostrando que es un actor como la copa de un pino y cada vez lo vamos a ver más en pantalla, pero McAvoy también me sorprendió muy gratamente como un joven Charles, creo que no se le ha valorado lo suficiente por no tener un papel tan interesante.
De lo que dices de los chicos/superhéroes, me encantó la escena en la que están todos reunidos en una habitación y empiezan a mostrar sus poderes y a divertirse, como lo haría cualquier adolescente porque, claro, ellos no han podido llevar una adolescencia normal ni ser como eran realmente hasta ese momento. Una escena muy natural y divertida.
Ahi se nota la buena dirección de Vaughn. Les busca su lado más humano y real. Tampoco despreció el trabajo de McAvoy, quién entrego la que me ha parecido su mejor interpretación hasta ahora
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