miércoles, 19 de enero de 2011

`The Green Hornet´, explosiones de diversión


“Tú te tiras a todo lo que se mueve, ¡me extraña que no lo hayas intentado conmigo!
-Kato
Llama la atención que un tipo como el realizador galo Michel Gondry (excéntrico director de pequeñas joyas como `Olvídate de mí´ o `Rebobine, por favor´) se hiciese cargo de un proyecto de las características de `The Green Hornet´. Para empezar porque si bien los anteriores films de Gondry contaban con estrellas en su reparto (Jim Carrey o Jack Black por ejemplo) distaban mucho de ser cine comercial, y ni de lejos superproducciones diseñadas para arrasar en taquilla. Así que o bien `The Green Hornet´ suponía el típico caso de director que dejaba de lado su personalidad con vistas a hacer un producto desenfadado y cobrar un sustancioso cheque, o un film más original y arriesgado de lo que se podía prever en un primer momento. Finalmente considero que la cosa se queda en un más que adecuado término medio.

Y eso que las vibraciones en un principio no eran nada buenas. Se trata de un proyecto que ha sufrido varios problemas, retrasos y sustituciones de última hora. Stephen Chow abandonó la producción por diferencias creativas, Jay Chou tuvo que aprender inglés durante el rodaje, en un principio Nicolas Cage iba a hacer de villano y Danny Elfman a componer la música (de la que finalmente se ha encargado James Newton Howard). Y claro, luego está Seth Rogen, un actor al que muchos consideran algo cargante, por no decir insoportable. Pero sinceramente, una vez visto el producto no puedo más que decir que `The Green Hornet´ es una gozada total. Excéntrica, exagerada, visualmente espectacular, gamberra y (sobre todo) divertidísima de principio a fin.

Dos colegas jugando a ser héroes
The Green Hornet, más conocido como el Avispón Verde, nació en la radio de los años treinta de la mano de George W. Trende y Fran Striker, y más tarde conoció varias adaptaciones de tebeo y series televisivas, siendo la más conocida la protagonizada por Van Williams y Bruce Lee en los 60. Lo que ha hecho Gondry es coger todo este universo (evidentemente retro) y trasladarlo con sutileza ninguna a los nuevos tiempos, construyendo con ello una estupenda montaña rusa, en la que el espectador se adentra no demasiado convencido y sale con una sonrisa de oreja a oreja. Un homenaje a los seriales y comics sobre compinches enmascarados, al mismo tiempo que una mofa sobre ellos. Como debe de ser.
Pero seguramente lo que más llama la atención de `The Green Hornet´, y lo que la separa de otras producciones Hollywoodienses similares, es la original estética de su director. Gondry logra que la película resulte una completa gozada visual en todo momento, incluso cuando la historia se desmadra completamente y la acción se vuelve tan excesiva como en todo su tramo final (la persecución y la batalla final en el periódico). Realmente hacia tiempo que no me lo pasaba tan bien con un tipo de cine a modo de puro juego de fuegos artificiales, en el que los tiros, los inventos imposibles y las explosiones inundan la pantalla a cada momento. Un tipo de juego evidente, pero presentado con tanto sentido del espectáculo y buen humor por Gondry que es difícil no meterse en la película. No reír, no disfrutar, no aplaudir. Al mismo tiempo que uno da gracias por que el proyecto no callera en manos de gente sin ingenio, como Tony Scott, Michael Bay o Jon Favreau.

También es cierto que `The Green Hornet´ recuerda mucho a otra producción gamberra y paródica sobre el universo del superhéroe. Las comparaciones con `Kick-Ass´ son inevitables, y sí, aquella era más sangrienta y más bestia. Pero eso no desmerece para nada el trabajo de Gondry, que apuesta más por los tiros y las explosiones, pero que al final juegan básicamente a lo mismo: a la desmitificación, distorsión y mofa del universo del superhéroe. Y si `Kick-Ass´ recordaba sobre todo a `Spider-man´, `The Green Hornet´ parece por momentos una versión cómica de Batman y Robin (bromas sobre las connotaciones homosexuales de una relación así incluidas).
Claro que Britt Reid (Seth Rogen) y Kato (Jay Chou) no son dos huérfanos atormentados que buscan justicia a toda costa. Nada de eso. Britt y Kato son sólo dos tíos que no saben lo que hacer con sus vidas, y que al conocerse dan como origen una unión explosiva (los sueños frustrados de uno con la inventiva y la destreza del otro), que los lleva a salir a la calle disfrazados de negro y con antifaz para patear unos cuantos culos. Sencillamente porque sí, porque se lo pasan bien. Sin ir más lejos su primera labor es cortarle la cabeza a la estatua del recién fallecido padre de Britt, el exitoso hombre de negocios James Reid (Tom Wilkinson), porque en opinión de ambos era un gilipollas que no se merecía ningún homenaje.

No son lo que se dicen dos héroes modelo. Pero su relación está plagada de química, humor, rivalidad e incluso de violencia física (esa desternillante pelea en la mansión, sencillamente impagable...), recordando mucho esa manera conflictiva y humorística de tratar la amistad que suelen tener los guiones de Seth Rogen y Evan Goldberg (`Supersalidos´ y `Superfumados´ llevan sus firmas), pero también de otros films dirigidos por el propio Gondry (`Rebobine, por favor´ sin ir más lejos). Rogen y Chou hacen un estupendo trabajo, pasándoselo aparentemente tan bien como los propios Reid y Kato limpiando las calles de maleantes, invitando al espectador a contagiarse de esas ganas de pasárselo bien. Y en mi opinión lo consiguen.
El resto de los actores tampoco se quedan atrás. Cameron Diaz no sólo no está tan inaguantable como en sus últimos papeles (`Noche y Día´), sino que sorprende con un personaje que no es el típico rol femenino de doncella en apuros. Diaz es una inteligente y atractiva secretaria, que pasa de romances (les da calabazas a los dos protagonistas) y que regala un par de momentos divertidos. Por su parte, ese coloso llamado Christoph Waltz (inolvidable coronel Hans Landa en `Malditos Bastardos´) hace que nos lo pasemos realmente bien con su caricaturesco y excesivo villano. Benjamin Chudnofsky está lejos de ser tan cruel y carismático como el cazajudíos del film de Tarantino, es más bien un cabrón tarado al que en el último tercio se le acaba de ir la olla. Y lo cierto es que lo borda, pero también da la sensación de que está un poco desaprovechado.

En definitiva, todo estos pequeños (pero logrados) detalles logran hacer entretenido y disfrutable el visionado de esta desenfadada aventura, y pasar por alto sus pequeños fallos. Un producto en el que los efectos no lucen gratuitamente en pantalla, sino que están al servicio de un juego gamberro, exagerado y original, en el que destacan unos actores pasándoselo en grande y uno de los cineastas más originales del panorama actual aprovechando al máximo el gran presupuesto del que dispone para hacer todo lo que se le ocurre con la cámara. Y es que Gondry nos regala un par de deliciosos juegos visuales y planos secuencias que bastan para señalar `The Green Hornet´ como un film curioso y digno de verse, una rareza. Desde luego no el bodrio que los críticos han estado vendiendo, ni el producto mediocre que parece confirmar su penosa recaudación en taquilla. `The Green Hornet´ es bastante mejor que todo eso.
PD: Hay cameos bastante curiosos de James Franco y del desaparecido Edward Furlong (el chaval de `Terminator 2´).

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