viernes, 6 de agosto de 2010

`Mr. Nobody´, el poder de una elección


“Mientras no tomes ninguna decisión, todo sigue siendo posible.”
-Nemo
El pasado 23 de julio llegaba a nuestras pantallas (con bastante retraso) `Mr. Nobody´, con el título de `Las vidas posibles de Mr. Nobody´, que para variar tiene cierto sentido (sobre todo una vez vista la película) pero no deja de ser una horrible deformación del original (además, ¿por qué no `Las vidas posibles del Sr. Nobody´ o `Las vidas posibles del Sr. Nadie´?). La película está dirigida por Jaco Van Dormael (que reconozco que era un completo desconocido para mí) y viene protagonizada por Jared Leto y Diane Kruger (sustituyendo en el último momento a Eva Green).
La verdad es que el señor Jared Leto es ya de por sí razón suficiente para interesarse por una película, pues a pesar de ser un actor normalmente secundario y que trabaja en contadas ocasiones en el cine (en parte por dedicarse mayormente a su carrera como músico) las veces que lo hace es en películas notablemente buenas. Por poner varios ejemplos ha participado en `El Club de la Lucha´ y `La Habitación del Pánico´ de David Fincher, en `Alejandro Magno´ de Oliver Stone, `El Señor de la Guerra´ de Andrew Niccol y `Réquiem por un Sueño´ de Andrew Aronofsky. No es mal currículum, y además, en esta ocasión iba a tener la oportunidad de vérselas con un papel protagonista, algo que (que yo recuerde) sólo había hecho en `Réquiem por un Sueño´.


Vaya por delante que `Mr. Nobody´ es una película rara, rara de cojones. Eso nadie puede negarlo. Es de ese tipo de películas en las que uno no puede intentar interpretar qué de lo que sucede es real y qué no, sino que hay que intentar comprender el sentido de esos sucesos, el significado que se esconde detrás de ellos. Son ese tipo de películas que se sienten más como un sueño que como una narración con principio y final. Y es así como permanece `Mr. Nobody´ ahora mismo en mi memoria (no habiendo pasado ni una semana desde su visionado): como un sueño hermoso y lleno de emoción.
El film me ha recordado mucho a `El Curioso Caso de Benjamin Button´, la excelente película de David Fincher (aunque incluso “excelente” es poco para lo que suele ser este hombre) y también a `La Fuente de la Vida´, aquella pequeña joya de Andrew Aronofsky (curiosamente mi mente ha relacionado `Mr. Nobody´ con dos filmes de directores que han trabajado varias veces con Jared Leto).


De la primera las referencias las podemos encontrar en aquella prodigiosa escena en la que se muestran una serie de desafortunados acontecimientos que culminan con el atropello del personaje de Cate Blanchet. `Mr. Nobody´ juega precisamente a eso durante toda la película. A las posibilidades, a series de acontecimientos supuestamente casuales que provocan que las cosas sucedan de una manera y no de otra. También tienen en común el querer analizar una peculiar existencia desde su origen hasta su fin. Lo que pasa es que en `Mr. Nobody´ no se analiza una vida en sí, sino las múltiples posibilidades de esa vida. Por eso vamos saltando de una opción a otra, encontrándonos con Nemo (que no es el pez de la película de Pixar, sino el personaje que interpreta Jared Leto) en puntos de su vida y situaciones completamente diferentes dependiendo de las elecciones que haya tomado (irse a vivir con su madre o con su padre, besar a una chica o a otra, responder una cosa u otra completamente opuesta).

Pero mientras que el film de David Fincher apostaba por un clasicismo muy Hollywood antiguo (y no es un comentario despectivo) Van Dormael apuesta por algo más “cine de autor”. Y es ahí donde entran las comparaciones con esa rareza de AronofsKy interpretada por Rachel Weisz y Huch Hackman (en la que se cuenta una historia de amor imposible a lo largo de tres épocas totalmente diferentes). Y es que las dos películas se sienten de igual manera: como sueños abstractos, en el que el tiempo se confunde, repletas de bellas imágenes y con autenticas explosiones de emoción y sentimientos intensos (aunque el conjunto se acabe sintiendo algo irregular).

Se ha vendido (o se ha intentado vender) el film como una historia de amor. Sinceramente creo que es un error. Por supuesto hay una historia de amor en `Mr. Nobody´ (aunque sólo en una de las vidas, en las otras las relaciones que mantiene Nemo sólo se pueden tachar de desafortunadas), que en mi opinión tiene sus mejores momentos cuando Nemo es un adolescente más que cuando es el adulto con los rasgos de Leto. Y es que esos momentos tienen la belleza y evocan la nostalgia del primer amor de juventud (joder, hablo como un viejo, qué triste...), tachando esa fama de insufribles que tienen hoy en día los amoríos adolescentes en el cine (no, no voy a mentar el nombre de la susodicha saga).
Pero a pesar de la belleza y lo fascinante de esos momentos, no son (para nada) la historia principal de la película. Y es que a Van Dormael (que ha confesado que lo que le interesa es hacer que el espectador se haga preguntas más que contarle algo) lo que realmente pretende es hablarnos del poder de las elecciones. Nemo no es más que una excusa para ello. Dormael nos muestra las sustanciales diferencias que pueden provocar cualquiera de las elecciones que tomemos, pues por muy efímeras que sean éstas pueden llegar a afectar a otros hechos más relevantes, y así sucesivamente (el llamado “efecto mariposa”).


La vida de Nemo es en sí un libro sin escribir, sobre el que se plantean los posibles desarrollos y finales, que dependen de hasta el más mínimo detalle. Pero irónicamente ninguno de los finales a esa vida parece satisfactorio (el niño que tiene que decidir entre sus dos progenitores, y que tras saber lo que pasará en cada uno de los casos sigue sin poder decidirse). Y es que la vida no es uno de esos laberintos que vienen en los manteles de mesa de los restaurantes baratos. No hay opciones correctas ni equivocadas, simplemente diferentes, y al final creo que eso es lo que viene a decirnos el film de Dormael. Tras estar más de dos horas hablando sobre el enorme poder de una (en apariencia) simple elección entendemos que en realidad es un poder incontrolable.
Las cosas que queríamos decir y no dijimos, esa chica que nos gustaba a la que nunca hablamos, la atracción de la feria a la que nunca nos atrevimos a montar... Todo ello forma parte de nosotros tanto como las cosas que sí que hemos hecho. “Las oportunidades marcan nuestra vida, incluso las que dejamos escapar” se dice el film en `Benjamin Button´ y es perfectamente aplicable a lo que dice esta película. Uno no puede obsesionarse con los “pude ser” o “debió ser” (“si mi abuela tuviese ruedas sería una bicicleta” se dice en `Si la Cosa Funciona´), eso es algo completamente estúpido e insano. La vida no se resuelve como un puzle, sencillamente se vive.


Por supuesto todo esto está implícito en `Mr. Nobody´, aunque se le pueden sacar muchas más lecturas, pues no es una película que condicione al espectador a ningún punto de vista ni a la conclusión que al director le interese. Más bien diría que le deja sacar libremente sus propias conclusiones.
En definitiva, el film de Jaco Van Dormael es una película extraña e hipnótica. Emotiva, divertida y fascinante por momentos. Solamente le echaría en cara una duración excesiva (más de dos horas para este tipo de film resulta un verdadero esfuerzo mental) y que hacia el final se vuelve un poco repetitiva (cuando ya nos hemos dado cuenta de sobra de a lo que juega el film). Fallos perdonables para una película única, que pretende hacernos reflexionar sobre el sentido de nuestra existencia. Esto huele a futuro film de culto, lo digo yo.

Pd: Aquí dejo uno de los bellos temas originales de la banda sonora compuesta por Pierre Van Dormael (que supongo que será familiar del director).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin duda la premisa central es "el poder de una decisión" que cualquier decision que tomes te llevara a caminos o realidades diferentes, pero nada es peor que no elegir.