Ridley Scott no es mal director. Es un egocéntrico, un creído y un poco gilipollas (como James Cameron), pero no es mal director. Cuenta en su haber con una obra maestra (la por siempre terrorífica `Alíen´), películas magistrales (`American Ganster´, `Gladiator´) y un puñado de buen cine de entretenimiento (`Hannibal´, `Los impostores´). No es mal currículum. Ahora bien, tenía mis dudas en lo referente a esta `Robin Hood´, la cual en un principio se iba a llamar `Nothingan´ e iba a narrar las aventuras del Sheriff del lugar, que intentaría capturar a un malvado Robin Hood (flipante, ¿verdad?). Finalmente se decidió contar sencillamente la historia de siempre, y es justo ahí donde yo tenía mis objeciones, porque esa historia ya estaba más vista que el tebeo. Bueno, pues al final, creo que se puede decir que la cosa no ha acabado del todo mal.
La verdad es que este modo de abordar la historia resulta, a mi modo de ver, un acierto por parte de Scott. Personalmente no hubiera tolerado otra historia de un Robin saltando de árbol en árbol y cantando alegremente por el bosque, y la verdad es que Crowe no lo hace mal en un papel rediseñado para que lo interprete él (eso sí, después de perder unos cuantos kilos). Vale que su Robin puede resultar una copia del Máximo de `Gladiator´ (aunque sin el encanto de éste), pero lleva su lineal papel todo lo bien que puede hacerse. Lo mismo puede decirse de Cate Blanchet y Mark Strong, cuyo carisma como villano está mucho mejor aprovechado que en `Sherlock Holmes´ (genial la escena relacionada con un anillo y William Hurt).
Scott filma toda la película con su habitual buen hacer visual, y no descuida tanto la historia como en la aburrida `Red de Mentiras´. Así pues, aunque el film recorra lugares comunes, y no llega a alcanzar la maestría de otros trabajos del director, resulta emocionante por momentos (el discurso de Robin al rey) y el final llega a resultar épico, quizá más en los momentos que preceden a la batalla que en la misma (y con esto tiene mucho que ver la excepcional partitura de Marc Streitenfeld).
En definitiva, una buena película palomitera en este comienzo de temporada veraniega. Es lo único que se puede decir de un film que te entretiene (durante nada menos que dos horas y media) y te ofrece un buen espectáculo (a pesar de pecar un poco de impersonal). Si todas las películas que nos llegan este verano se aproximaran a este nivel de entretenimiento yo me daba con un canto en los dientes.
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