“Vivimos aquí para librarnos de una de las creaciones más abominables del ser humano: los impuestos.”
-Jeque Amar (Alfred Molina)
Todavía no se ha hecho una buena película de un videojuego. Aunque curioso, es algo totalmente cierto. Sólo puedo citar un par de películas que merezcan algo la pena: `Resident Evil´, `Silent Hill´, quizá `Final Fantasy´ y paro de contar. Y tampoco es que sean grandes películas precisamente, como mucho entretenidas. En este caso, el que fuera Jerry Bruckheimer el productor de la cinta hacía pensar que por lo menos `Prince of Persia´ entraría en ese reducido grupo de las entretenidas (el de las malas ya está acaparado casi completamente por Uwe Boll). Lamentablemente no es así.
`Prince of Persia´ está dirigida (en una decisión bastante incomprensible) por Mike Newell, que es el director británico responsable de cosas como `Cuatro Bodas y un Funeral´ (¿soy el único que no aguanta a Hugh Grant?) y `La Sonrisa de Mona Lisa´ (a la Roberts la aguanto de cuando en cuando). Teniendo en cuenta que la única gran superproducción que había dirigido había sido `Harry Potter y el Cáliz de Fuego´ (de las peores de la saga) no parecía el director indicado para dirigir una película llena de efectos, peleas y aventuras. Y efectivamente, no lo era.
`Las Arenas del Tiempo´ comienza con un pequeño prólogo en el que se ve cómo un joven huérfano llamado Dastan (que se convertirá en un fuertote Jake Gyllenhaal) es rescatado de las calles por el rey para ser criado como hijo suyo tras ver un acto de valentía por parte del muchacho. Desde esa primera escena uno se da cuenta de que algo va mal. El escenario se nota demasiado artificial, demasiado falso. Quizá tenga que ver con la forma de utilizar la cámara de Newell, con planos cortos, sin libertad, sin captar el ambiente. El caso es que este señor no consigue trasladarnos a ese tiempo, a ese lugar (y luego se crítica a Ridley Scott, que nos traslada sin esfuerzo a la edad media en menos de dos segundos en la entretenidísima `Robin Hood´).
Pero eso es sólo el comienzo, la cosa continúa. Casi inmediatamente pasamos a la invasión de una ciudad sagrada por parte de los príncipes Persas (incluyendo el adoptivo Dastan), porque ésta supuestamente ayuda a los enemigos del rey. El director resuelve con corrección la furtiva entrada de Dastan en la ciudad para abrir las puertas al ejército, pero cuando llega la hora de la batalla Newell demuestra que el cine de acción no es lo suyo. Las luchas están rodadas muy mal, y cada dos por tres meten una cámara lenta horrible, que queda muy cutre. La película se intuye tan cara como cualquier producción Hollywoodiense, pero no luce en pantalla ni la mitad de lo que debería.
Justo hasta ese momento el film sigue más o menos fielmente la historia del videojuego (uno de los pocos a los que he jugado en mi vida, y que me gusta bastante por cierto) pero a partir de ese momento los guionistas (hay tres, para ser exactos) deciden lucirse y nos obsequian con la típica historia de el asesinato del rey, un falso culpable que debe de huir para probar su inocencia (Dastan) y una princesa que le ha de acompañar porque éste ha adquirido un objeto muy valioso en el saqueo de la ciudad: la daga del tiempo, que tiene el poder de retornar al pasado y en malas manos podría destruir el mundo (cómo no).
No suelo ver con malos ojos el que no se sea fiel a la fuente (ya sea literaria o en este caso un videojuego) a la hora de hacer una película. Pero me es muy difícil entender las decisiones aquí tomadas cuando el argumento del juego es 100 mil veces más interesante que la historia que nos ofrecen, una especie de mezcla entre `La Momia´ y su pre-cuela, `El Rey Escorpión´ y, sobre todo, la saga de `Piratas del Caribe´. Y precisamente en esa última es donde reside el problema: se nota demasiado que le han querido dar “el toque” de esa saga, combinando aventuras con diversión y violencia light. Lo que se dice una aventura Disney, y es una pena, porque al tomar esa elección han hundido muchas de las posibilidades de la película.
Lo mejor del film son los actores. Jake Gyllenhaal (muy bien caracterizado como Dastan) y Gemma Arterton hacen una pareja perfecta, con bastante química y sus “roces” dan lugar a momentos muy divertidos. Si la película se hace entretenida es gracias a ellos. También está bastante divertido Alfred Molina, encarnando a un empresario con mucha visión (desternillantes sus comentarios sobre los impuestos). Una pena que Ben Kingsley esté tan desperdiciado como villano, pues este hombre da para mucho más.
En conclusión, `Prince of Persia´ es (independientemente de las libertades tomadas en la historia) una película que funciona sólo a ratos (la escena final en la cueva del reloj de arena no está mal, por ejemplo) pero que no consigue aprovechar todos los elementos que tiene a mano (la daga, que la utilizan para cuatro cosas contadas) ni alcanzar el nivel de épica y aventuras que sería necesario. Lo mejor que se puede decir de ella es que no aburre, o al menos no demasiado…
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