Wes Anderson es uno de esos jóvenes directores que, vete tú a saber por qué, logran tener algo de peso en la dura industria Hollywoodiense. Y lo ha logrado, y esto sí que tiene merito, sin renunciar ni a un ápice de su personal modo de entender el cine. Así pues, Anderson suele tener el privilegio de contar con actores de renombre para sus más estrambóticos experimentos y, con 6 películas en su haber, parece que este hombre no tiene necesidad de demostrar nada a nadie. La arriesgada elección de su nuevo proyecto es una prueba de ello.
La elección de esta técnica (que obliga a filmar fotograma a fotograma) le da a la película un toque especial, que hubiera sido imposible conseguir de otra forma. El único modo en que puedo describir ese toque, que le faltan (más o menos) el 90% de las películas que se hacen hoy en día, es que tiene encanto. Y eso no es sólo por la técnica, también es por los personajes sacados del libro de Roald Dahl, a los que Anderson logra darles vida. Quizá se podría haber sacado más partico de alguno de los animales más secundarios y darles mayor función en la película, pero eso se queda en nada en comparación de lo obtenido: estupendas imágenes, brillantes gags, diálogos ingeniosos…
“Fantástico Sr. Fox” está pasando desapercibida por cartelera justo al mismo tiempo que Tim Burton (un director en su día tan personal como Anderson) está teniendo un éxito increíble en taquilla con su versión completamente impersonal de `Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll´ (eso sí: muy cara y con muchos bonitos efectos digitales), y yo no puedo más que indignarme por lo injusto que es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario