“A veces el coraje se salta una generación. Gracias por volver a traerlo de vuelta a nuestra familia.”-Charlotte (Allison Janney)
`Criadas y Señoras´ (The Help, Tate Taylor, 2011) se nos ha vendido desde su inesperado y bastante sonoro éxito de taquilla en estados unidos como la “sleeper” del año, esto es: esa película de la que nadie se esperaba absolutamente nada pero que acaba dando la campanada, consiguiendo un éxito de público y crítica mucho mayor de lo que parecía pretender, y siendo además una de las favoritas para conseguir gran representación en las futuras ceremonias de premios. Personalmente no se me hacía especialmente atrayente esta película, pero soy incapaz de decirle que no a una cinta protagonizada por dos de las actrices más atractivas de la actualidad, las pelirrojas Emma Stone y Bryce Dallas Howard —se da la casualidad de que la primera interpretará a Gwen Stacy en `The Amazing Spider-Man´ (id, Marc Webb, 2012), papel que ya interpretó la segunda en `Spider-Man 3´ (Sam Raimi, 2007)—. Por si fuera poco, Viola Davis, Octavia Spencer, Sissi Spacek y la omnipresente Jessica Chastain —irreconocible— completan el atractivo reparto.
Una vez vista, es fácil entender por qué la película ha tenido tanto éxito. Básicamente `Criadas y Señoras´ es una cinta “bonita”, melodramática pero bonachona, con un fondo muy bondadoso, que trata además sobre la necesidad de las ganas de superación y de luchar contra la injusticia, la discriminación social y el racismo. Es de ese tipo de película capaz de satisfacer a casi cualquier tipo de espectador, con un tema muy inspirador y conciliador, que le sirve al poco valiente director Tate Taylor para meterse en un jardín muy espinoso sin necesidad de ensuciarse demasiado, tratando estos problemas como algo lejano y ya ampliamente superado —cuando la realidad es que aún hoy hay racismo y discriminación, sólo que más disimulado y menos evidente, por tanto del doble de peligroso—. En ese sentido, la cinta peca muchísimo de su inofensivo estilo, un poco ácida en algunos momentos —el gag de la tarta— pero evidentemente poco dañina, sin ganas de levantar demasiadas ampollas, falta de garra o de mayor honestidad para con la problemática que trata.