`Paul´, efectivo divertimento sin personalidad

“¿Por qué todo el mundo cree que les quiero meter una sonda por el ano? ¿Creéis que tengo una cosecha de pedos? ¿Cuánto se puede aprender de un culo?”

-Paul (Seth Rogen/Santi Millán)

Vaya por delante que me lo he pasado bien con `Paul´, que me ha hecho gracia, me he divertido, he estado entretenido y la sensación general que he tenido al salir del cine ha sido la de satisfacción, al igual que la que podía intuirse en el resto de los espectadores que abandonaban la sala junto a mí (siempre me ha encantado ver las reacciones del público, estudiar las diferentes respuestas a una película). Así que en general no tengo nada en contra de la cinta, salvo en el caso de que quiera verse como una continuación del dúo compuesto por Simon Pegg y Nick Frost (protagonistas y guionistas de la cinta), trasladando sus andanzas de Reino Unido a Estados Unidos, y por tanto tendría que funcionar junto con `Zombis Party´ (Shaun of the Dead, 2004) y `Arma Fatal´ (Hot Fuzz, 2007). En ese caso la cinta no resiste la comparación, ni por asomo.

Básicamente, porque aunque en el sentido de explorar de manera cómica los tópicos y lugares comunes del género (primero terror, luego acción, y en este caso ciencia ficción), ya sea por el traslado a tierras americanas de la acción (lógico si tenemos en cuenta que toda la “cultura alíen” se encuentra en EEUU) o por el cambio del director de las dos primeras cintas, el estrambótico Edward Wright (que también ha experimentado el salto al cine americano pero sin perder un ápice de personalidad con la desternillante e inclasificable `Scott Pilgrim contra el mundo´). Si a ello le añadimos que el sustituto ha resultado ser el mucho más convencional Greg Mottola (`Supersalidos´, `Adventureland´), podemos entender por qué a `Paul´ le falta “ese toque especial” que tenían las dos anteriores andanzas del dúo, lo cual resulta un tanto decepcionante, sin por ello desmerecer una película bien realizada, con estupendo ritmo y correctas dosis de irreverencia.

Básicamente la trama nos sitúa en pleno territorio agreste americano, con dos auténticos frikis ingleses de viaje en caravana por Estados Unidos, visitando la Comic Con, así como otros lugares relacionados con sucesos alienígenas como la famosa Área 51. La verdad es que tiene gracia que lo planteen así, pues de este modo el público puede establecer una relación directa con los personajes interpretados por Pegg y Frost en `Zombis Party´ y `Arma Fatal´ (que no eran más que frikazos al fin y al cabo), allanando el camino para su “aventura americana”. Entonces se sube al carro Paul (en inglés voz de Seth Rogen, en el doblaje Santi Millán), un extraterrestre que lleva años retenido por el gobierno americano y que intenta desesperadamente escapar del agente que anda en su busca (Jason Bateman) para volver a su planeta. De modo que, al mismo tiempo que el dúo verá cumplido su sueño de juventud de “tener contacto” con un alíen, irán descubriendo que este visitante venido de las estrellas no es un dulzón E.T. precisamente.

A diferencia de la primera impresión que me dio el tráiler, el personaje de Paul me ha gustado bastante y se me revela como uno de los principales puntos fuertes de la cinta, mucho más allá de una irritante imitación del maleducado Roger de `American Dad´ (que a su vez no se diferenciaba en gran medida del Stewei de `Padre de Familia´). Vale que Paul fuma, bebe y resulta un malversación intencionadamente gamberra de la figura del extraterrestre de toda la vida, pero también tiene su lado dulce, resulta un personaje tierno en cierta manera, lo cual hace que en muchos momentos la película se aleje del toque gamberro por el que parece apostar en principio (cuando hace por primera vez lo de “sanar el mal”, ¿a que ya nos sabíamos todos lo que iba suceder al final?), pero también sirve para dibujar un personaje que se aleja radicalmente de las manías y el autismo emocional de las mentadas creaciones televisivos (mucho más inmorales, por así decirlo).

Paul es más bien un colega que todos hubiéramos soñado con tener, no de la infancia como E.T., sino de la adolescencia o (como es el caso) de la madurez no asumida (eso en el caso de que haya que asumirla realmente algún día), lo que coloquialmente se diría “alguien genial con quien echarse unas cervezas”. En ese sentido resulta lógico que sea Seth Rogen, todo un experto en “cintas de colegueo” como lo son `Supersalidos´ (2007), `Superfumados´ (2008) o `The Green Hornet´ (2011), el que ponga la voz al irreverente personaje, que nos deja momentos para el recuerdo como aquel en el que discute con una fanática religiosa sobre la teoría de la evolución y la creación del mundo. Creo que no exagero al decir que sólo por esa escena merece la pena ver la película.

Por lo demás tenemos un poco de lo típico: acción en plan road movie, muchas persecuciones, algunas explosiones, unos cuantos corre que te pillo, algo de humor facilón y una puesta con un uso funcional de formato panorámico, al tiempo que se realizan unas cuantas e inevitables referencias cinéfilas al mundo de los extraterrestres y de la ciencia ficción (la mejor tiene que ver con la aparición de la “villana final”, interpretada por una actriz que es todo un ícono del género por cierta saga, y que no voy a rebelar por no joderle la “sorpresa” a quien no lo sepa). Todo ello hace que los 100 minutos que dura `Paul´ se pasen volando, sin que uno se arrepienta lo más mínimo de haberle dado una oportunidad. Es a la hora de permanecer en la memoria, de tener algo por lo que merezca ser recordada, donde la película sin duda encuentra su mayor “defecto”·