viernes, 30 de diciembre de 2011

`El Topo´, un laberinto en el que da gusto perderse


“¿Eres muy observador verdad? Los solitarios solemos serlo…”
-Jim Prideaux (Mark Strong)
Una de las películas más esperadas del año era sin duda `El Topo´ (Tinker Tailor Soldier Spy,, 2011), la nueva cinta del director sueco Thomas Alfredson, que con sólo una película había conseguido llamar la atención de medio mundo y sobre todo de los aficionados al cine. Estoy hablando evidentemente de la fascinante, bella y extraña `Déjame Entrar´ (Låt den rätte komma in, 2008), una de mis cintas favoritas de vampiros y fácilmente una de las diez mejores películas de la década pasada. Con este antecedente, su siguiente trabajo despertaba en mí una expectación increíble, más tratándose de un salto del realizador a un cine de mayor expansión —o sea: de habla inglesa—, si bien seguimos encontrándonos ante una cinta relativamente pequeña —está lejos de ser una superproducción—, de toque íntimo y de producción más británica que americana, aunque eso sí: con unos actores y equipo artístico de impresión.
Gary Olman, Colin Firth, Tom Hardy, Mark Strong, Benedict Cumberbatch, Toby Jones, John Hurt y Ciarán Hinds encabezan el espectacular reparto de la película, basada en la famosa novela homónima escrita por John le Carré, ex-trabajador del servicio secreto británico cuyos libros de espionaje han inspirado cintas muy atractivas como `El Jardinero Fiel´ (The Constant Gardener, Fernando Meirelles, 2005) y otras no tan acertadas como `El Sastre de Panamá´ (The Tailor of Panama, John Boorman, 2001). Una temática y un material sin duda suculentos, que convertían `El Topo´, aún más si cabe, en una enorme reto para Alfredson, que debía sacar partido a todo esto sin perder no obstante ese toque personal e íntimo que hizo de su `Déjame Entrar´ una película tan especial. Como es habitual en estos casos en los que las expectativas personales son tan grandes, la cinta no ha acabado siendo exactamente lo que me imaginaba, si bien no es para nada una decepción, sino una experiencia tan atípica y apasionante como su anterior film.
Lo cierto es que siempre me han llamado la atención las novelas y las películas de espías. Lo considero un mundo interesante y fascinante por momentos, construido a base de secretos, lealtades y traiciones, en lo que bien podría definirse como un juego —no en vano una de las mejores películas de Tony Scott tiene el oportuno nombre de `Spy Game´ (id, 2001)—. Creo que uno de los aciertos de Alfredson está el no plantear la película a modo de típico thriller alrededor de ese juego —quién es finalmente “el topo” acaba siendo de lo menos revelador e importante de la trama—, sino como un inteligente análisis de las personalidades y vidas de estos seres marginados de la sociedad, obligados a construir vidas basadas en mentiras y a fingir en todo momento en pos de un deporte cruel, en el que un error puede suponer la muerte. Alfredson, como ya hiciera en `Déjame Entrar´ —otra adaptación literaria, por cierto— vuelve a centrar su cámara en unos seres fríos, solitarios y marginados, narrando esta historia desarrollada en plena guerra fría de una forma un tanto gélida y seca, retratando perfectamente un mundo secreto que según el propio Le Carré “sirve como metáfora del mundo en general en el que vivimos”.
Así pues, `El Topo´ funciona a modo de complejo puzle compuesto por diversas piezas inmersas en un atractivo laberinto —lleno de microhistorias que funcionan independientemente al tiempo que enriquecen el conjunto, como la de Tom Hardy y su lío amoroso— en el que es tanto una gozada como realmente fácil perderse entre las toneladas de información —nombres, fechas...—. No porque la trama en sí sea complicada —si el fin hubiera sido entender quién está de parte de quién y la identidad final del traidor había millones de formas más sencillas de contarlo—, sino por el modo fragmentado en que nos viene dada, jugando con el espectador en el buen sentido de la palabra, dándole poco a poco pistas y datos para que sea él el que vaya juntando las piezas, e incluso con eso se juega para despistarlo —SPOILER gracias a un par de sutiles miradas ya empezamos a sospechar que el personaje de Colin Firth tiene un lío con la mujer de Smiley, lo cual desvía la atención de algo mucho mayor FIN SPOILER—. Lo irónico es que el juego intelectual que le propone Alfredson al espectador no se diferencia mucho del verdadero, confuso y engañoso mundo en el que se desarrolla la historia, y realmente logra contagiarle a uno de esa paranoia y desconfianza.

Alejado de cualquier tipo de grandilocuencia formal, la cinta encuentra su grandeza en su perfección milimétrica e inteligencia a la hora de estructurar una trama cuyo interés reside en los pequeños detalles, resultando una película compuesta y sostenida básicamente sobre ellos —he ahí la razón por la que es tan fácil despistarse—. Es una de esas películas en las que un segundo visionado puede cambiar completamente tu apreciación de algunas o de muchas cosas, o tu manera de ver a los ambiguos personajes interpretados por unos actores en estado de gracia, siendo especialmente llamativo lo repartido que está el protagonismo y la relevancia de cada uno a lo largo de toda la película. Podría decirse que Gary Oldman es el merecido protagonista —tiene un monólogo que es como para que le dieran un Oscar—, pero el peso del relato muchas veces se pasa a personajes aparentemente secundarios como el genialmente interpretado por Benedict Cumberbatch —el carismático Sherlock Holmes de la exitosa serie de la BBC—, o por el mentado Tom Hardy —co-protagonizará junto a Oldman la futura `The Dark Knight Rises´ (Christopher Nolan, 2012)—, mucho más cálidos y cercanos que el veterano espía perfeccionista en ocultar sus emociones.
De detalles está plagada también esa fiesta de Nochevieja en la que toda la oficina estaba reunida, a la que la película vuelve una y otra vez con insistencia, como si ese momento fuera el perfecto modo de retratarlos: una reunión supuestamente ociosa y amistosa que acaba teniendo otras connotaciones completamente diferentes con el irónico, cruel y fantástico final. Con la canción “La Mer” de Julio Iglesias a modo de satírico fondo musical, asistimos a una serie de escenas en las que vemos el desdichado, atroz o sencillamente solitario final al que conduce inevitablemente esta forma de vida —SPOILER brutal el momento en el que el personaje de Strong ejecuta al de Firth, que crea en nuestras mentes un tipo de relación más compleja de la que nunca veremos FIN SPOILER—, siendo únicamente el caso de Smiley —tampoco deja de tener guasa el nombre— el único con un punto final aparentemente positivo, aunque no menos irónica es la escena en la que accede al “trono” entre los aplausos finales de la canción. Quizá de la sensación de que exagero, pero creo que esta secuencia es fácilmente uno de los mejores desenlaces en años. Le deja a uno clavado en la butaca.

En total, `El Topo´ es para mí la confirmación de que la extraña historia de amistad entre un niño y una vampira no fue un golpe de suerte para el prometedor realizador Thomas Alfredson, sino que nos encontramos con un director de gran personalidad, exquisito buen gusto y un fascinante dominio de la puesta en escena, uno de los aspectos más fundamentales del cada vez más degradado arte narrativo. La forma de encuadrar de Alfredson es una pasada —vuelve a repetir esos amplios planos en los que se ven a los personajes desde fuera por las ventanas, metáfora de su soledad con respecto al resto del mundo—, así como el modo en que ha conseguido recrear el ambiente frío de la época a base de tonos apagados y grisáceos, y sobre todo, la conseguida tensa y enfermiza atmosfera —casi se puede respirar el olor a tabaco y papel de oficina—. Da que pensar que una cinta así sólo haya recibido tres nominaciones a los Oscar —una de ellas para la excelente banda sonora de Alberto Iglesias—, mientras que algo tan blandito como `Criadas y Señoras´ (The Help) opta a mejor película. Algo que no ensombrece para nada sin embargo los logros de una cinta tan fría e incisiva en su mirada como apasionante en sus resultados. Sencillamente una película magistral, de lo mejor del año.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me pasó algo que nunca me había sucedido el día en que salí de ver esta cinta: Venía saliendo tranquilamente del cine cuando un señor de edad ya mayor (que parecía frecuentaba mucho el cine de arte) se me acerca y me pregunta si le había entendido a la película...No pude decirle que sí, ya que entendí la historia lo más que pude, pero me quedé con mil y un dudas al respecto. Total que mientras caminabamos íbamos conversando sobre ella y ambos llegamos a la conclusión de que tendríamos que verla una segunda ocasión.

Por desgracia no he tenido oportunidad de hacerlo, pero definitivamente está en mis planes en algún futuro. Saludos y buena crítica

Alain Rodriguez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alain Rodriguez dijo...

No es la primera vez que oigo que alguien no se ha enterado demasiado de esta película, pero también que expresa su deseo de querer volver a verla. Así que pese a todo mala no será XD

Saludos ;)