`El Gato con Botas´, frívolo divertimento

“¡Temedme si osáis!”

-Gato (Antonio Banderas)

Como ya he comentado en bastantes de mis críticas —y es que eso de repetirme más que al ajo y subrayar excesivamente mis ideas es uno de mis defectos más marcados, se siente— la factoría Dreamworks se ha especializado siempre en desarrollar mejores chistes y gags, además de centrar sus películas en espectaculares y excesivas persecuciones y golpes de efecto, que en elaborar historias realmente emocionantes capaces de cautivar, emocionar y robarle a uno el corazón. Las excepciones existen, y son increíblemente loables, como la notable `Cómo Entrenar a Tu Dragón´ (How Train Your Dragon, Dean DeBlois, Chris Sanders, 2010), y podría decirse que `Kung-Fu Panda 2´ (Jennifer Yuh, 2011) también intentaba ir por el mismo camino —aunque se quedara a medias—, mientras que sagas como `Shrek´ (2001-2010) y `Madagascar´ (2005-2012) empezaron bien pero han ido perdiendo fuelle a medida que se han ido explotando sin criterio —lo digo sobre todo por la del ogro—.

`El Gato con Botas´ (Puss in Boots, Chris Miller, 2011) vendría a seguir con la explotación del famoso universo del ogro verde —que dejaron ya completamente seco en la poco imaginativa cuarta entrega—, en principio tomando como único elemento el carismático y entrañable personaje al que presta voz —y cierta personalidad—Antonio Banderas, y que venía a ser un chiste que otorgaba al personaje de fábula el Gato con botas el aspecto hispánico y heroico del zorro. En un primer momento tomar a este personaje para construir una historia basada en su propio universo no era una idea del todo desdeñable, pues era de los mejores hallazgos de la saga `Shrek´ —aunque irónicamente no aparecía en la primera y mejor entrega—, con una mitología mucho más propia rica a explotar de la que hubiera tenido, por ejemplo, el no obstante divertido personaje de Asno por separado —aunque tampoco es descabellado que acaben dedicándole una película un año de estos—.

El problema es que la película de `El Gato con Botas´ acaba cayendo en los mismos fallos y falta de imaginación que las últimas entregas de `Shrek´, condenando además a la cinta al mismo repetitivo juego de mezclar fábulas y cuentos conocidos —Jack y las judías mágicas, o el personaje de la canción popular inglesa Humpty Dumpty…— que poco tienen que ver ni con el verdadero cuento del gato con botas ni mucho menos con las mitología hispánica que habían asociado a su figura. Así pues, mientras esos jugueteos con el toque mediterráneo —los exagerados y algo repetitivos bailes— e incluso con el spaghetti-westerm —el desierto, esas cámaras partidas— me parecen acertados, los elementos de los cuentos me parecen fuera de lugar, metidos por inercia o por miedo de hacer algo que se apartara demasiado del escenario en el que ya habíamos visto a este personaje.

Así pues, `El Gato con Botas´ funciona intermitentemente como una sucesión de viñetas divertidas que nunca acaban de tener ni una coherencia completa ni un encanto especial en el conjunto. Hay momentos, golpes de humor o chistes concretos muy buenos en la cinta dirigida por Chris Miller —co-director de las aburridas `Lluvia de Albóndigas´ (Cloudy with a Chance of Meatballs, 2009) y `Shrek Tercero´ (Shrek the Third, 2007)—, mientras el conjunto en general nunca acaba por despertar un verdadero interés, ni mucho menos implicar o emocionar como debería. El villano elegido para la ocasión acaba por estropear la por otra parte excesiva cinta —¿una oca gigante?, ejem…—, pues el mentado Humpty Tumpty carece del dramatismo y oscuridad necesarios para encarnar al huraño villano de toque Shekesperiano que querían construir —no hay más que compararlo con el acertado malo de `Kung-Fu Panda 2´—, mucho menos con el excesivamente moralizante y brusco cambio del final.

En definitiva, `El Gato con Botas´ es un spin-off muy desaprovechado, que entretiene a base de algún inspirado gag y sobre todo parafernalia visual —excelente dominio técnico de la animación, en muchos sentidos más espectacular que las últimas de `Shrek´— pero que en el fondo deja frio, dando la sensación de que el personaje ya había sido completamente y mucho mejor aprovechado en el universo `Shrek´, y que toda esta película no es más que un innecesario y redundante chiste más entorno a su figura. Ojalá que la película hubiera tenido el atrevimiento e inventiva para ser algo tan atípico y divertido como `Rango´ (id, Gore Verbinski, 2011), porque el universo que tenían entre manos daba para ello —los mentados toques de spaghetti-western—, pero la verdad es que ni siquiera llega al nivel de cosas como `Megamind´ (id, Tom McGrath, 2010).

Supongo que, a estas alturas, es decisión de cada uno decidir si este tipo de sucesión de chistes y espectacular puesta en escena vale para pasar el rato, o si habría que empezar a pedir a Dreamworks un poco más —pues han demostrado que saben hacerlo—. Yo me inclino más por lo segundo.