viernes, 18 de junio de 2010

`Cómo Entrenar a tu Dragón´, espectacular y entretenida aventura



“No quise matarlo porque se le veía tan asustado como yo. Le miré, y me vi a mí mismo.”
-Hipo
Dudo mucho que entre los que hemos tenido la oportunidad de ver `Cómo Entrenar a tu Dragón´ haya una sola persona que se atreva a dudar que es la mejor película que ha realizado la factoría Dreamworks desde que en el año 2001 estrenaran `Shrek´. No es que no hayan conseguido alguna película divertida (`Madagascar´, `Kung Fu Panda´), es sencillamente que mientras que Pixar se dedicaba a hacer espectaculares y emocionantes películas (`Up´, `Wall-E´) las de Dreamworks se han basado casi siempre en una simple cadena de chistes (algunos muy buenos, eso sí), golpes y persecuciones. Al menos hasta ahora.
`Cómo Entrenar a tu Dragón´ nos cuenta una historia bien sencilla (que no es lo mismo que simple), que gira en torno a Hipo, el hijo del jefe de una tribu vikinga que se gana la vida matando dragones, pues son su principal enemigo. Pero Hipo es un chaval de, digamos, constitución endeble y es marginado por sus compañeros y menospreciado por su propio padre. Sin embargo es un chaval ingenioso, y eso le lleva a construir una maquina con la que logra derribar a un “furia nocturna” (uno de los dragones más misteriosos y peligrosos). Hipo se sumerge en el bosque para rematar a su presa y volver a su pueblo de forma victoriosa, pero cuando tiene al dragón a su merced sencillamente no puede (o no quiere) hacerlo…

Una amistad entre dos mundos
Así se inicia una amistad entre Hipo y el dragón (Desdentao). El chaval le va llevando comida a su guarida y poco a poco el animal permitirá que Hipo se acerque más y más, hasta que se dé la situación que explica el título. Lo que cuenta la película es muy básico: es una historia de comprensión frente a la ignorancia (pues Hipo irá descubriendo que la mayoría de los conocimientos que tiene su pueblo acerca de los dragones son falsos o erróneos), también es la historia del patito feo (el vikingo del que todos se avergüenzan pero que acabará siendo el héroe de su pueblo) y sobre todo es una historia de amistad interracial (algo que evoca a películas como `E.T.´ o, sin irnos tan lejos, a la reciente `Avatar´). Entonces, ¿qué tiene `How to Train Your Dragon´ de especial? Pues sencillamente que está muy bien contada.
A nivel de diversión la película cumple a la perfección, pero, como hemos dicho antes la película no está basada en chistes y en persecuciones, y no descuida la espectacularidad y emoción, que es donde el film sorprende. Todas las escenas del vuelo sobre el dragón poseen un nivel técnico que ya quisieran otras superproducciones, y verlas en 3D (y ya puestos, en una sala IMAX, como lo hice yo) es una autentica gozada. Muchas de esas escenas del entrenamiento del dragón, están compaginadas con el entrenamiento vikingo de Hipo para cazar dragones (en el que el joven utilizará lo aprendido sobre ellos para someterlos sin herirlos, con divertidas consecuencias) de una manera muy inteligente, dándole a la película un ritmo encomiable. Pero todas esas escenas llegan su culmen de espectacularidad en un clímax final muy conseguido.

A nivel emocional la película tampoco se queda atrás. La complicada amistad entre el adolescente y el dragón se nota veraz, autentica y logra llegarnos (en parte gracias a la estupenda banda sonora de John Powell), sobre todo si eres de esos jóvenes que siempre han soñado con tener una mascota tan especial como ésta. También está bastante conseguida la historia de amor entre Hipo y Astrid (que podría haber quedado bastante más forzada) y en definitiva podemos llegar a entender los sentimientos que surgen en la muchacha (que cae bastante simpática pese a su temperamento) hacia el único vikingo en 300 años que no tuvo ningún interés en matar a un dragón y, en consecuencia, fue el primero en trescientos años en montar en uno. Igualmente conseguida está la relación entre Hipo y su padre (brutal el momento en el que reniega de su hijo tras enterarse de su amistad con el dragón).


Por supuesto no estamos ante una obra maestra, ni ante una de las mejores películas de animación jamás realizadas. Lo que sí es la película de Dean DeBlois y Chris Sanders (directores de `Lilo & Stitch´) es una propuesta inteligente para el cine infantil, que tan desprestigiado está hoy en día. Porque no es lo mismos cine infantil que cine para niños, pues una buena película infantil debería resistir un análisis adulto tanto como un drama histórico (no, no estoy justificándome por haber ido a ver esta película con ya casi 20 tacos, malpensaos). Y sobre todo, no es lo mismo cine infantil que cine para retrasados mentales, aunque eso se lo deberían de explicar a muchos de los productores de Hollywood (cada vez que voy al cine y me ponen el tráiler de `Marmaduke´ me entran escalofríos).
En fin, `Cómo Entrenar a tu Dragón´ es una emocionante historia de amistad (soy capaz de mandar a todos mis amigos a la mierda en un día, pero luego estás cosas me emocionan como un imbécil, contradicciones del ser humano…), y sobre todo una historia de comprensión (Hipo, que consigue verse a sí mismo en un ser ajeno y aparentemente monstruoso, y al final el uno acaba siendo parte del otro) y de superación personal. Bueno, y ahora me retiro a comerme unas piruletas, saltar a la comba y ese tipo de cosas de gente que aparentemente no ha superado todavía su infancia. Al fin y al cabo he acabado los exámenes y por fin tengo tiempo para ello.

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