“Quiero que luches por mí, es lo que siempre he querido.”-Max Kenton (Dakota Goyo)
¿No os da la sensación de que a veces se mira ciertas producciones con excesivo ojo crítico desde demasiado pronto, sin que haya verdaderos motivos para ello? Así me lo parece al menos a mí, que no entendí demasiado bien el rechazo y las burlas que divisé por los diversos foros de internet hacia `Acero Puro´ (Real Steel, 2011), llegando a leer incluso que esta película sería la tumba de la carrera de su estrella protagonista, el ciertamente últimamente un poco perdido Hugh Jackman. Básicamente según me pareció la desconfianza venía provocada básicamente por dos cosas: el venir la cinta firmada por el director especializado en comedias Shawn Levy —realizador de memeces del calibre de `Gordo Mentiroso´ (2002), `Recién Casados´ (2003), `Doce en Casa´ (2003) y el remake `La Pantera Rosa´ (2006), vale, pero que con sus últimos trabajos, `Noche en el Museo 2´ (2009) y `Noche Loca´ (Date Night, 2010), empezaba a demostrar unas maneras de artesano bastante estimables—, y el tener un planteamiento chorra como combates de boxeo entre robots —las comparaciones con la saga de Michael Bay no se hicieron esperar—.
Pero finalmente, como suponía, la cosa no ha sido para tanto, siendo el resultado no mejor ni peor de lo esperado, sino más o menos exactamente lo que cabía esperar. `Acero Puro´ es un entretenimiento familiar efectivo, competentemente realizado y con mayor grado de emotividad que la industrial y ruidosa saga `Transformers´ (2007-2011) —por cierto, el incansable Bay ya amenaza con una cuarta y una quinta—. Una vez más este año, se recupera el espíritu de cierto ese tipo de producción juvenil de los años ochenta —no es extraño ver a Steven Spielberg entre los productores—, además de cierto aroma a películas Disney y aventuras infantiles en general —en algún momento recuerda a esa joya animada titulada `El Gigante de Hierro´ (The Iron Giant, Brad Bird, 1999)—. O sea, un tipo de cine en el que se vuelve a dar prioridad a los sentimientos y no sólo a los fuegos artificiales, siendo el viaje físico —los combates de boxeo— tan importante como el viaje emocional —la reconciliación padre e hijo, la redención del viejo ex-boxeador acabado…—.
Es cierto que las limitaciones de Shawn Levy como director a la hora de dotar de emoción y coherencia a todo eso quedan bastantes veces en evidencia —no todos tienen la buena mano de J.J. Abrams y pueden hacer algo tan emotivo como `Super 8´ (id, 2011), en la cual tanto los personajes como su viaje emocional están dibujados con una precisión pasmosa—, pero no menos evidentes que sus límites como realizador son sus buenas intenciones y su profesionalidad, cumpliendo con una factura visual que evidentemente recuerda un poco a la de `Transformers´, pero rodando escenas de acción bien encuadradas y en la que se entiende todo perfectamente, sin la confusión ni el montaje acelerado que tanto predominan hoy en día. Los efectos especiales no son nada del otro mundo, también es verdad, pero cumplen con su propósito dentro de la historia, y no se reduce la película a un simple escaparate descerebrado para su mera exhibición. Eso es de agradecer.
La complicidad y buena química entre un efectivo Hugh Jackman —tipo carismático donde los haya— y su hijo en la ficción interpretado por Dakota Goyo —nombre curioso/divertido donde los haya— es lo que más ayuda a otorgar cierta consistencia emocional a la película, que funciona en gran medida gracias a ellos, pues —aunque típica— su relación resulta creíble. Cierto es que el niño resulta en ocasiones algo cargante, pero no más de lo que exige el arisco y confiado personaje —en ese sentido el joven actor cumple bastante bien—. El mayor problema está en el guión, que parece increíble que haya sido confeccionado por nada menos cuatro cabezas pensantes —Leslie Bohen, John Gatins, Dan Gilroy y Jeremy Leven, que se inspiraron muy libremente en una historia corta del conocido autor de ciencia ficción Richard Matheson—, un libreto cargado de tópicos y lugares comunes que es una simple reinterpretación del esquema mil veces visto de película de lucha —el pequeño y débil contra el grande y fuerte— llena de moralejas tipo "nunca rendirse" o "hay pelear por lo que se quiere".
Así pues, podemos encontrar ya no sólo parecidos evidentes con películas robóticas como `Transformers´ o `El Gigante de Hierro´, sino con cosas como `Rocky´ (John G. Avildsen, 1976), `Karate Kid´ (John G. Avildsen, 1984) —no en vano del mismo director— o incluso `Speed Racer´ (Hermanos Wachowski, 2008), cinta donde también se planteaba la competición entre la humilde empresa familiar contra la malvada y poderosa corporativa. `Acero Puro´ resulta la gran mayoría del tiempo —casi 130 minutos, que no es decir poco— un agradable e impersonal pastiche de todo esto, eso sí, carente de la suficiente personalidad o identidad propia. La cosa empieza bien, jugando con una dramática poderosa —la muerte de la madre del muchacho, que obliga a padre e hijo, desconocidos hasta entonces, a convivir durante un tiempo—, y alguna secuencia poderosa —el descubrimiento del robot por parte del joven en mitad de la lluvia, con la mágica banda sonora de Danny Elfman de fondo—, pero falla en el tercer acto, resolviendo la mayoría los conflictos y dramas de manera facilona —típica escena “te pido perdón, a partir de ahora seré un buen papi”—.
La cinta de Levy se mece entre esa cobardía y tópico del producto comercial más vulgar, y el riesgo del cine de entretenimiento más emocional, con un par de momentos muy buenos como los del final, en los que el ex-boxeador interpretado por Jackman coge los mandos del robot durante el gran combate y libra su última gran pelea, rememorando los días en los que era alguien y se sentía completo de verdad ante las emotivas y orgullosas miradas de su hijo y de su amada —la preciosa Evangeline Lily, la estrella femenina de `Lost´ a la que lamentablemente vemos muy poco en cine—. Al final, me quedan sensaciones encontradas. Por una parte, creo que la cinta se queda a medio camino del emotivo gran cine de entretenimiento que podría haber sido, pero por otro lado creo que es un producto honesto que cumple bastante bien con respecto a sus pretensiones de entretenimiento familiar: una película perfecta para ir a ver tanto con los más pequeños de la casa, como con los adolescentes y sin que los adultos tengan que pasar una inaguantable vergüenza ajena. En ese sentido la película cumple.
3 comentarios:
Ahh...esta película sí que me gustó. Emocionante y divertida, sin duda alguna. Cierto que no es una brillantez, pero un entretenimiento digno de verse en una sala de cine acompañado de la familia. Muy buena.
Acabó de subir mi review de The Dark Knight Rises y apreciaría bastante tú opinión sí es posible
http://rlnmovies.blogspot.mx/2012/08/review-las-de-cartelera-batman-el.html
Eso está hecho ;)
Jaja, muchas gracias por el aporte. Se aprecia bastante :)
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