“Lucha por amor D'artagnan, Francia se defenderá sola.”-Athos (Matthew Macfadyen)
Además, soy de los que opinan que el 3D no favorece nada al cine de época (ya lo dije en mi crítica de `Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas´), pues a diferencia del de ciencia ficción o animación (en el que hace que los efectos digitales adquieran volumen dotándolo de mayor veracidad), lo que consigue es que todo se note más falso e irreal, es más difícil creerse la época ficticia en la que se desarrolla. Pero Anderson, gran admirador de este formato (se dice que le compró las cámaras al mismísimo James Cameron), argumentaba todo lo contrario: que se le podía sacar mucho partido al 3D en este tipo de películas y que lo iba a demostrar. Por mi parte, lo único que ha demostrado es que deberían de prohibirle dirigir, o al menos penalizarle por un par de años, por realizar semejante esperpento. Un producto torpe, absurdo e incluso cutre que es un insulto para la novela de Alejandro Dumas.
Básicamente se nota que la propuesta es un intento (porque no lo logra en ningún momento), de emular desenfadados entretenimientos tipo `Sherlock Holmes´ (Guy Ritchie, 2009) y la saga `Piratas del Caribe´ (Pirates of the Caribbean, 2003-2011), mezclando el elemento clave de aventura de toda la vida con el humor y la acción exagerada. Todo esto queda patente ya desde la misión en Venecia, en la que se nos van presentando cachondamente a los mosqueteros acompañando su aparición con su nombre, algo parecido a `El Equipo A´ (The A Team, Joe Carnahan, 2010). Como idea no está mal, pero en la práctica la cosa no funciona. Falla el guión, escrito a cuatro manos por Alex Litvak y Andrew Davies, incapaz de crear un plan lo suficientemente sofisticado e inteligente para enganchar al espectador (si el de Venecia parece producto de una mente infantil, el que más tarde utilizarán en Londres es de chiste…), y falla la puesta en escena de Anderson, incapaz de resultar ingeniosa y dotar de ritmo a el asunto (algo que incluso Ritchie, sin ser su `Sherlock Holmes´ santo de mi devoción conseguía), y que parece obsesionado con dirigir flipadas a lo `Matrix´ (1999).
Y es que, si bien puedo entender que un blockbuster no tenga demasiada calidad de historia, guión y personajes (es el pan nuestro de cada día, al fin y al cabo), lo que ya sí me cuesta comprender es cómo una película que ha costado una millonada puede resultar tan poco conseguida estéticamente, cutre, con efectos digitales que cantan demasiado y en la que un aspecto tan fundamental como la fotografía se descuida tanto, siendo incapaz de trasladarnos al siglo XVII (aunque seguramente el efecto 3D tenga mucho que ver). Una vez más, se nota el dinero en pantalla, en los efectos especiales (la batalla final entre los dirigibles), pero todo lo que se ve resulta increíble, incluso intragable. Y no porque lo que suceda sea inverosímil en sí (las peleas no son más exageradas que las de `Piratas del Caribe´, por ejemplo), sino por la manera en que está rodado, falto de fluidez y muy coreografiado, con efectos a cámara lenta que quedan bastante horteras (la mayoría de escenas a lo ninja protagonizadas por la Jovovich, esposa del director).
Para colmo, una vez más confundiendo vagueza con ligereza y desenfado (y es que no es lo mismo ser honesto que ser caradura), Anderson y sus guionistas ni siquiera se molestan en crear una aventura completa, sino que se dedican a plantear más bien un pequeño enredo propio de un episodio piloto y acabar la película con un estafador “continuará”, para acabar de redondear la tomadura de pelo y de hacer sentir al espectador que ha desperdiciado su tiempo. Pero para desperdiciados Matthew Macfadyen, Ray Stevenson y Luke Evans como Athos, Porthos y Aramis. Los actores lo hacen estupendamente (ver el discurso cínico de Macfadyen), pero se ven obligados a lidiar con un guión que los desdibuja (Athos vuelve a recuperar la fe porque sí). Mientras, unos inaguantables Logan Lerman (en plan chuloplaya) y Milla Jovovich (no hay quien se la crea en plan femme fatale) chupan cámara más de lo que uno desearía. Por otra parte, anda que hay que ser malo para no sacar provecho de dos actorazos como Christoph Waltz y Mads Mikkelsen en los roles de villano (Orlando Bloom y Til Schweiger también hacen pequeñas apariciones desempeñando tal labor).
En definitiva, `Los Tres Mosqueteros 3D´ es una mala actualización de la obra de Dumas para la época de los videojuegos y el 3D, con todo lo que ello conlleva: una narración torpe carente de espíritu aventurero, efectos exagerados (o sea malos), diálogos cómicos intragables, personajes estereotipados a más no poder y, por si fuera poco, amenaza de segunda parte. No sé si es peor que la anterior película del director de `Horizonte Final´ (una pequeña joya en la que Anderson demostraba que daba para más de lo que está haciendo ahora), lo que sí sé es que prefiero a Anderson ocupado en sus adaptaciones de videojuegos (ya prepara `Resident Evil 5´), donde el daño al menos es menor, que arrastrando por el fango obras clásicas de la literatura.
1 comentario:
Ya decía yo que no podía salir nada bueno de esto. La verdad es que no he tenido oportunidad de verla, pero ya me daré mi tiempo y podre plantearme una opinión.
www.rlnmovies.blogspot.com
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