sábado, 24 de septiembre de 2011

`El Árbol de la Vida´, entre la fascinación y el tedio



“¿Dónde estás? Has dejado morir a un niño. Dejas que todo pase. ¿Por qué he de ser yo bueno si no lo eres tú?”
-Jack O´Brien (Hunter McCracken)
Parece que solamente existan dos opciones válidas a la hora de reaccionar ante el último trabajo del siempre peculiar Terrence Malick (`La Delgada Línea Roja´, `Malas Tierras´): o amarlo o detestarlo. Incluso parece que esa misma reacción se aplica también al mismo realizador, un hombre extraño de aire ermitaño, que cuenta con tantos admiradores como detractores, los primeros lo defienden como un auténtico genio, los segundos como alguien capaz de hacer roncar a las piedras. Su último trabajo no se ha librado tampoco de la polémica, atrayendo a muchos incautos al cine gracias a los reclamos que suponen los nombres de Brad Pitt y Sean Penn en el cartel, resultando bastante risibles las quejas en muchos cines de espectadores que se sentían timados, lo que llevó a los responsables de las salas a repartir folletos explicativos que venían a decir que no era una película común y que ofrecían la posibilidad de cambiar de sala a la media hora si no se sentían satisfechos.
No me cabe duda de que no pocos espectadores tomaron esa opción, pues `El Árbol de la Vida´ (The Tree of Life, 2011) no es una película apta para todo tipo de personas, lo cual no es razón suficiente para defenderla (una postura muy elitista) ni para atacarla (una postura muy ignorante), aunque también es cierto que la polémica le ha venido bien como publicidad y para convertir su estreno en todo un pequeño acontecimiento: una de esas cintas que hay que ver para tener una opinión al respecto, ya sea defendiendo la postura de bodrio o de obra maestra. Curiosamente mi postura es bastante menos extremista (alguno dirá que cobarde, pero es lo que pienso), pues mi opinión acerca de la última obra de Malick se queda en un frío término medio. Casi puedo entender igual de bien a los que la consideran nefasta como a los que piensan que es una maravilla, pero ninguna de mis reacciones al respecto es tan fuerte. Simplemente la considero una película fallida.

Intentaré explicarme lo mejor posible. Hay fragmentos en `El Árbol de la Vida´ que son sencillamente una maravilla: te fascinan, te emocionan, te atrapan, logran casi llevarte hasta el cielo. Pero también hay tramos en que la película se siente cansinamente divagante, a la deriva, perdida en la obsesiones formales y preciosistas de Malick; y lo que en un principio puede resultar bonito acaba tornándose aburrido y repetitivo, parece que no lleve a ninguna parte, y eso es un grave delito para cualquier narrador, por mucho que Malick tenga pretensiones de poeta. Valoro mucho su esfuerzo por apartarse de las formas narrativas convencionales, pero su cine, por existencialista y espiritual que sea, no vive ajeno a ciertas normas básicas, y como puede pasarle a cualquier otro tipo de película se pierde en el exceso, en este caso el de la paja visual. Así pues, el elaborado lirismo que tanto funcionaba en la magistral `La Delgada Línea Roja´ (The Thin Red Line, 1998, para mí su mejor película) no lo hacía tanto en la torpe `El Nuevo Mundo´ (The New World, 2005), mientras que `El Árbol de la Vida´ funciona sólo intermitentemente.
Y es que aquí se dan la mano la peor y la mejor cara del cineasta texano, el que consigue llegar con su cámara hasta lo más profundo de la atormentada alma del ser humano, y el que se pierde por el camino en su propio egocentrismo convirtiendo la cinta en un aburrido ejercicio onanista. Dicen algunos que esta película consigue trascender lo narrativo, su propia forma cinematográfica, para lograr ser algo más. Yo no lo creo, simplemente la historia está mucho más decorada. Y es que, si uno se fija bien, hay tres actos perfectamente diferenciados en `El Árbol de la Vida´, en los que se trata un drama familiar protagonizado por una pequeña familia texana en los años 50 (no en vano el mismo territorio y la misma época en que se crió Malick) y en particular la vida de uno de sus hijos y su difícil relación con su padre. Que esto nos venga dado a través de una narración poética y en clave de puzle no cambia lo que es: una historia.
El primer acto, tras una pequeña presentación de la crisis familiar (la pérdida de un hijo), se basa prácticamente en impresionantes y vacías imágenes de constelaciones y planetas, y un bastante cuestionable viaje a la época de los dinosaurios. Este bloque sólo tendría justificación como una manera (un tanto basta) de sumergir al espectador en el ambiente místico/trascendental del relato, porque por lo demás no tiene nada especialmente valorable (si esto es arte los documentales que hacen para salas IMAX también pueden ser considerados tal). El segundo bloque se centra en el drama familiar (sin perder el toque poético/trascendental) y es donde se encuentran los mayores hallazgos de la cinta, para volver a caer en el tedio en un aburrido tercer acto (lo que más me condicionó para llevarme una impresión tan fría una vez salido del cine, más allá de los hallazgos encontrados en el camino).

En mi opinión, Malick se muestra especialmente hábil mientras que su cámara se mueve alrededor de sus tristes personajes (que es la parte que tiene el tinte más personal de la historia), en su descripción de la pequeña microhistoria familiar que logra ser trascendental en su discurso sobre la vida (la infancia, la paternidad, la maternidad, la decepción, la soledad, el dolor, la pérdida…) pero se pierde en sus pretensiones cuando intenta ir más allá y prácticamente hablar con el mismo dios, pretendiendo hacer una película tan grande como la vida misma (no hay más que ver su título para darse cuenta de que la humildad no es uno de sus puntos fuertes). Nada más lejos de mi intención el intentar juzgar el trabajo de un artista empeñado en hablar de tú a tú con el creador (al fin y al cabo soy un simple ser humano), pero si ya el mismo Sean Penn (no sólo actor, sino director de cosas como `Hacia Rutas Salvajes´ y `El Juramento´, así que algo sabrá del tema) dijo en una declaraciones que no entendía la película ni qué aportaba su personaje a su contexto (de hecho se le nota bastante perdido en pantalla), la cosa sí que es más preocupante.
Penn también comentó que cuando leyó el guión (del propio Malick) le pareció muy emotivo y que en su opinión la película se hubiera beneficiado de una narración menos compleja, más cercana y convencional. Obviamente yo no conozco el material del que se partió, y es bien sabida la costumbre del director a experimentar y rodar horas y horas de metraje que sabe dios (nunca mejor dicho) si aparecerá finalmente en el montaje (se dice que el de `La Delgada Línea Roja´ daba para una película de seis horas, no sé si será exageración…), pero creo que Penn no estaba para nada desacertado. En `El Árbol de la Vida´ sobra paja visual y falta una mayor coherencia y criterio para atar la por momentos fascinante historia captada a través de la mirada del cineasta, capaz de increíbles proezas técnicas y visuales, pero al que le falta humildad y cercanía para con lo que está contando.

Así las cosas, `El Árbol de la Vida´ ni me fascina ni me horrenda, sino que me deja a medias. Creo que es una cinta llena de material bello y poderoso, capaz de captar por momentos el alma de la sociedad y cultura americana (tan llena de bellas promesas como de decepciones) y su concepto familiar (el legado de padres a hijos), pero muy irregular en su conjunto y que acaba resultando pesada debido a las desmesuradas pretensiones de su realizador. Brad Pitt está impecable en su típico papel serio al estilo Benjamin Button, mientras que la prometedora Jessica Chastain (la vimos hace nada en `La Deuda´) luce preciosa y demuestra que tiene mucho por ofrecer. Lo de Penn se queda, no se sabe si por decisiones de montaje, en apariciones momentáneas que no aportan demasiado. Por lo demás los chavales que interpretan a los hijos de la pareja en diferentes épocas también están excelentes, aunque la verdadera protagonista es la cámara de Malick, buscando siempre la belleza y la grandiosidad (a veces cansinamente), lo cual consigue gracias a una espectacular fotografía de Emmanuel Lubezki y la magistral banda sonora de Alexandre Desplat.
Para los próximos dos años, y contradiciendo su costumbre de tomarse mucho tiempo entre película y película, Terrence Malick tiene nada menos que cuatro proyectos en marcha (todos ellos con repartos espectaculares). Así que supongo que tendremos tiempo suficiente para disfrutar/sufrir su peculiar estilo, cada uno lo que le toque. Yo sólo espero encontrarme con resultados más parecidos al de `Malas Tierras´ (Badlands, 1997) y `La Delgada Línea Roja´ (todavía su insuperable obra maestra). `El Árbol de la Vida´ está bien para ver una vez, por experimentar algo diferente, pero no me parece una maravillosa obra de arte y de hecho no me no me apetecería demasiado volver a verla (puede que lo haga dentro de muchos años...). Aprovecharía alguna de sus imágenes como fondo de pantalla y me descargaré la música de Desplat en cuanto pueda, eso sí.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Bueno, yo no tengo mucho más que comentar sobre esta película fuera de lo que publiqué en mi review. Estoy prácticamente de acuerdo con todo lo que expones aquí y se me hizo una exageración que la nominarán a Mejor Película teniendo otras excelentes opciones como 'Drive' o 'The Ides Of March' (que sí, tiene muchos giros tramposos, pero me gustó bastante)

www.rlnmovies.blogspot.com

Alain Rodriguez dijo...

La de Clooney es una película sencilla pero muy buena. El problema es que mete el dedo en la llaga retratando la falsedad de la política, y eso a los amercicános no les gusta demasiado XD

Unknown dijo...

Es precisamente eso lo que me gusto de su película. Retrata y crítica la doble moral de sus políticos y su manera de llegar al poder