viernes, 19 de agosto de 2011

`Conan, el bárbaro´, un desastre anunciado



“Cuando un cimerio tiene sed… es sed de sangre. Cuando tiene frío, es el frío filo del acero.”
-Corin (Ron Perlman)
Pues eso, que no resulta ninguna sorpresa que la nueva adaptación cinematográfica de Conan, de la que tanto tiempo se ha venido hablando y tantas vueltas ha dado haya terminado siendo un desastre. No me encontraba entre los detractores de Jason Momoa como nuevo Conan, esos que decían que Arnold Schawarzenegger no tenía sustituto posible, pues, aunque estoy de acuerdo en que es difícil dar la talla y estar a la altura físicamente hablando en comparación con el ex-gobernador de California en aquella época (porque vamos, ni él mismo está a su misma altura ahora…), no creo que a Momoa le falte el físico, agresividad o carisma necesarios para un papel así (basta verle en la magnífica serie `Juego de Tronos´). Tampoco quiero entrar en comparaciones con el cómic de Robert E. Howard, del que dicen que esta película bebe más que la de 1982, pues soy desconocedor del universo literario y por tanto me importa bien poco la fidelidad al mismo.
Lo que sí me importa es la buena utilización del lenguaje cinematográfico, ese mismo que cuando está bien dado puede dar como origen excelentes narraciones de aventuras en las que influyen una serie muy precisa de factores (ritmo, emoción, intensidad dramática, puesta en escena…), pues no esto no se trata, como muchas veces se deja entrever, de una mera cuestión de elementos (violencia, luchas a espada, persecuciones, sexo…). En ese sentido, la original de John Milius era una película notable, tampoco excelente, que se apoyaba quizá excesivamente en su poderosa banda sonora (Basil Poledouris conducía la película más que Milius, de eso no cabe la menor duda), pero lo hacía con imágenes poderosas, bellas y para nada gratuitas, como el operístico asalto a la aldea de Conan cuando éste era un niño, o la impactante ejecución de su madre, una escena que aún hoy me pone el bello de punta.

Por tanto, el que un material sea interesante o tenga un enorme potencial, de nada sirve cuando se pone en manos de alguien sin talento, inventiva o imaginación. Alguien que, con todos mis respetos, debería de dedicarse mejor a hacer otra cosa o por lo menos dirigir un tipo de cine que exigiera menos nivel de profesionalidad. Porque dejar la adaptación de Conan en manos de Marcus Nispel (director de los remakes de `La Matanza de Texas´ y `Viernes 13´, la primera decente, la segunda un bodrio) ha sido como tirar directamente la película a la basura, y es un fallo bien gordo sobre habiendo un precedente en su filmografía como `El Guía del Desfiladero´ (Pathfinder, 2007), que podía dar a cualquiera con dos dedos de frente más o menos una idea exacta de lo que se podía esperar de alguien como él al mando de un producto así. Y es que está claro que Nispel es un carnicero, por eso le contrataron para dirigir cosas como `La Matanza de Texas´ (2003) y `Viernes 13´ (2009), porque le encanta llenar la pantalla de sangre dando realmente igual el motivo, la emoción o el sentido narrativo.
Que alguna gente se frotara las manos pensando que al menos al estar él al frente una buena dosis de sexo y violencia estarían aseguradas es algo incomprensible para mí. Porque sinceramente, si eso es lo mejor que puede dar de sí este hombre que lo hubieran contratado para dirigir una de las últimas entregas de `Saw´, que son ya de por sí simple prostitución de la violencia. Así pues, uno se encuentra en pantalla (con una de esas chapuceras conversiones de última hora al 3D, para más inri) con todo lo que uno esperaría de un director tan mediocre al mando de una superproducción así (nada menos que 90 millones mal utilizados): escenas de acción atropelladas y confusas, una puesta en escena de vergüenza ajena, actuaciones poco inspiradas, etc, etc. Y con ello lo único que se consigue es convertir lo que debería de haber sido una emocionante historia de espada y brujería, de venganza y sangre, de amor y violencia… en algo ridículo y absurdo.

No hay más que ver todo el prólogo, desde el risible nacimiento de Conan (en mitad de un campo de batalla, una idea interesante pero muy mal puesta en imágenes, pues resultando increíble que nadie moleste a los dos tortolitos mientras que todo ocurre, toda la secuencia carece de ferocidad o credibilidad…), hasta el aprendizaje en su juventud bajo la tutela de su padre (aburrido Ron Perlman). Me es imposible no comparar especialmente este segmento con la cinta de Milius, pues todo lo que en aquella funcionaba con sencillez (la preciosa escena del padre hablándole a su hijo sobre el acero en la cima de una montaña) aquí se torna torpe y precipitado (ver la escena en la que Conan machaca a unos salvajes para probar su valía, tan exagerada que es ridícula), y los discursitos de Perlman parecen desganados y sin sentido (frio y calor, equilibrio… muy bien, pero pasará la película entera, se volverá a recordar esa enseñanza al final, y yo sigo sin saber qué leches aprende Conan).
Luego, cuando se inicie su cruzada de huérfano sediento de venganza tendremos tiempo de hartarnos de escenas de acción y persecuciones mal dirigidas, en las que la cámara está dónde le da la gana sin importar que no se vea un pimiento (la de la lucha contra los hombres de arena es el mejor ejemplo, imposible hacer peor uso del ritmo y del espacio). La cosa mejora un poco en el desenlace, en el que sí hay un par de escenas más vistosas y efectos mejor conseguidos, como si se hubieran gastado la mayoría del presupuesto en ese segmento y no les hubiera dado para el resto. Pero tampoco es nada del otro mundo, ni sirve para elevar la categoría de un producto tan desastroso, un despropósito en todos los sentidos. 

Quizá cabría rescatar algo de la banda sonora de Tyler Bates, que literalmente hace lo que puede. Y como digo Momoa no lo hace mal como Conan, es sencillamente la película lo que falla (podría haber sido un buen Conan en un proyecto mejor enfocado), Rose McGowan parece que se quita la espinita de no interpretar finalmente a Red Sonja con un personaje en plan Helena Bohan Carter en `Harry Potter´, y por su parte Stephen Lang no está ni la mitad de imponente ni bárbaro que cuando interpretó al villano de `Avatar´ (es lo que tiene tener un excelente director detrás, supongo).
En definitiva, `Conan, el bárbaro´ es ni más ni menos que una de las peores películas del año. Una de esas cintas que le quitan a uno las ganas de ir al cine. Afortunadamente justo después de esta cosa entré a ver cierta maravilla de un tal J.J. Abrams, que me quitó completamente el mal sabor de boca. 

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ayy Conan...Qué asco de experiencia fue esa. Si bien la película logra entretenerte almenos un poco, es una película horrible casi en todos los aspectos entre los que -personalmente- pienso que lo peor fueron casi todas las secuencias de peleas en las que el pésimo trabajo de edición le resto casi toda la emoción a los combates con tantos cortes tan bruscos e innecesarios. Una pena, porque dejaron escapar una buena oportunidad de ofrecernos una cinta que almenos pudiera funcionar como un entretenimiento mas eficaz.

www.rlnmovies.blogspot.com

Alain Rodriguez dijo...

Tú lo has dicho, las secuencias de peleas con tanto corte acaban por hundirla (a eso el 3D tampoco ayuda). Si ni siquiera te enteras de lo que pasa, difícilmente puedes entretenerte.

Saludos ;)

Unknown dijo...

Precisamente. Uno se pierde en las escenas y por consecuencia se pierde el interés en ellas :)