Volvemos con mi idolatrado M. Night. ¿Que qué ha hecho esta vez? Nada del otro mundo, sencillamente ha puesto en su lugar a una periodista que le ha llamado poco más que vendido. Y es que Night parece educado, bondadoso y recatado (muy religioso que es el hombre), pero cuando quiere también sabe sacar a relucir sus garras y dejar a la gente en su justo lugar (de manera muy sutil, eso sí), sobre todo cuando se meten con algo tan personal como es su cine.
Yo mismo tengo mis objeciones a algunas películas de Shyamalan, pues no todas me parecen perfectas, ni mucho menos. Pero eso es una cosa, tener mi opinión personal e intransferible, pues estoy en mi derecho, y otra bien distinta es ir a donde un hombre que (como él mismo explica) ha luchado siempre por poner en pantalla exactamente lo que él quería (y que ha movido cielo y tierra para que nadie se lo toque) a preguntarle por qué se ha traicionado a sí mismo. El resultado puede gustar más o menos, pero nadie debería cuestionar tan frívolamente ni sus esfuerzos ni sus principios. Eso se lo ha ganado.
Ole los huevos del señor Shyamalan: “Creo que si pensara como tú me suicidaría”, frase para la historia. ¿La periodista? Creo que bajó la cabeza y no se atrevió a volver a decir nada el resto de la rueda de prensa.
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