sábado, 2 de julio de 2011

`Insidious´, terrores primitivos



“No es la casa la que está embrujada. Es su hijo.”
-Elise Rainier (Lin Shaye)
Suele ocurrir, y sobre todo últimamente ocurre con el cine de terror, que las campañas de promoción y valoraciones de otros espectadores inflen demasiado la popularidad de una película, hasta tal punto que si no la vas a ver te sientes como un bicho raro, sin poder participar en las conversaciones de todos los que ya la han visto, y muchas veces cuando uno por fin la visiona suelta esa frase tan manida como en ciertos momentos certera: “no es para tanto”. Ocurría con otra película de temática similar que supuso todo un fenómeno, `Paranormal Activity´ (2007), y que lo que es a mí me pareció un timo sin valor alguno, y ocurre con esta `Insidious´ (James Wan, 2010), que no es que sea para nada una revolución en cine de terror ni una de las mejores películas del género en los últimos años, aunque sí que encierra bastantes aciertos que no merecen ser enturbiados por sus evidentes deficiencias.
No me cabe ninguna duda de que lo que alza `Insidious´ sobre la rutinaria reinterpretación de historias de casas encantadas y posesiones sobre la que se sostiene su guión (obra de Leigh Whannell y del propio director) es la bastante particular dirección de James Wan, director de títulos que (sin ser ninguno de ellos grandes películas) siempre han logrado tener algo salvable e interesante en su dirección y su tratamiento, lo suficiente como para destacar sobre productos de temática similar. Ahí quedan como demostración la primera entrega de la posteriormente prostituida saga `Saw´ (2004), la irregular `Silencio desde el Mal´ (Dead Silence, 2007) y la vibrante ideológicamente cuestionable `Sentencia de Muerte´ (Death Sentence, 2007). Una lista corta pero la mar de llamativa y dispar.

En este caso Wan dota a su película de una excelente atmosfera, consiguiendo en su manera de filmar un ambiente opresivo, debido sobre todo a la correcta utilización de la cámara y las lentes, consiguiendo imágenes con las que el espectador nunca está del todo cómodo, incluso cuando no ocurre nada. A eso se le une una más que correcta utilización del sonido, consiguiendo algo que muy pocas películas de terror consiguen más allá del susto fácil: dar mal rollo, inquietar, desasosegar. Es algo más psicológico que otra cosa, y antes que se produzca el susto reglamentario Wan ya nos tiene con los nervios a flor de piel, y cuando se produce el susto no es sólo un “buh”, que asusta al mismo tiempo que se piensa “menuda chorrada” y se olvida. Más bien se juega con terrores muy primarios, con imágenes que evocan terrores muy básicos, muy primitivos, como las marionetas (una constante en el cine de Wan), la cara detrás de la cortina, la vieja decrepita vestida de negro o el demonio rojo.
Estos elementos están tan bien utilizados que, muy probablemente, algunas de esas imágenes vuelvan a tu cabeza unas semanas después de haberla visto, e incluso logren perturbar tu sueño. Es por ello por lo que entiendo en parte todo el revuelo montado con la cinta, que ha logrado calar a bastante gente, sorprenderla y asustarla. Sin duda tales aciertos, lograr tocar así la fibra sensible del público, merece un aplauso, a pesar de que la película falle en otros muchos aspectos como unos personajes no especialmente trabajados, interpretados por buenos actores no demasiado inspirados (Rose Byrne y Patrick Wilson realizan trabajos bastante planos), así como una parte final algo exagerada en la que se abusa de la credulidad de algunos espectadores al atreverse a retratar el “más allá”, decisión cuyos fallos merecen ser perdonados en mi opinión por ser algo muy arriesgado, un salto al vacío sin red, y que supone en muchos sentidos un paso más con respecto a donde estos films se atreven a llegar. 

En esta parte final se pueden intuir con aún más claridad las habilidades así como las limitaciones como realizador de James Wan, que logra apañárselas con lo que se nota un presupuesto escaso para retratar el mundo de los demonios entre sombras y niebla, logrando sumergir a algunos aún más hondo en la pesadilla, así como (supongo) sacar a otros espectadores más incrédulos que sencillamente no logran meterse hasta tal punto en una película así, y por eso esa parte les parece exagerada e incluso ridícula (al parecer ha habido división de opiniones con respecto al final, por tanto lo que digo no va del todo desencaminado).
Pero en mi opinión todo el film tiene sus aciertos y sus fallos, sus puntos fuertes y débiles, pero la cosa en general se compensa hacia lo positivo, porque lo bueno que tiene es excelente y no demasiado común, mientras que lo malo que tiene sí que es muy común y una constante en este tipo de cine (la utilización de tópicos, unos protagonistas aburridos cuyo drama o evolución nos da bastante igual), lo que hace pensar que `Insidious´ no es más que una correcta repetición de formulas del género de terror por encima de la media, que no será una película memorable ni recordada en años venideros, pero sí la “peli del momento” ahora mismo en lo que a cine de terror se refiere, para bien o para mal (miedo me dan que empiecen con las sabidas imitaciones baratas).
Lo que para mí queda claro es que no hay que perder de vista a Wan, porque lo digo en serio: es un director de gran potencial, mucho mejor de lo que se ha podido apreciar hasta ahora, capaz de demostrar talento e ingenio con recursos mínimos, y que puede dar mucho de sí si cae en sus manos un proyecto más “suculento”.

1 comentario:

Unknown dijo...

Diablos...una buena pelí de terror por fin y me la perdí ¬¬..Bueno, ya tendré la oportunidad de adquirirla en su formato casero jaja. Saludos

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