sábado, 18 de febrero de 2012

`Shame´, la tristeza del lobo solitario


“No somos malas personas, sólo venimos de un sitio malo.”
-Sissy (Carey Mulligan)
No deja de ser irónico pero bastante significativo del absurdo mundo en el que vivimos, que con el estreno de una película tan profunda y triste como `Shame´ (Steve McQueen, 2011) al final casi se haya hablado más de la escenita en la que el inmenso —y me refiero a sus cualidades actorales— Michael Fassbender enseña su miembro y de la polémica casi impuesta por el tipo de temática de la cinta, que de calidad de la misma en sí. Y no deja de ser bastante triste, porque si alguien se piensa que esto es una película erótica con la que disfrutar viendo al actor de moda fornicar a diestro y siniestro es que no se ha enterado de lo que va el asunto. Si bien hace nada a cuenta de `War Horse´ (Caballo de Batalla, Steven Spielberg, 2011) reivindicaba un poco la inocencia y el poder redentor del cine ahora voy a elogiar una película que significa lo opuesto, pues ahonda fríamente —por decirlo de alguna manera— en los sitios más oscuros del alma humana, y lo hace tremendamente bien.

Cierto es que hay quizá un prejuicio momentáneo en lo que se refiere a la cinta, y es que ser Michael Fassbender —innegablemente uno de los actores revelación protagonistas en 2011, el otro ha sido Ryan Gosling— y follar demasiado no parece a priori un problema demasiado serio, incluso se podría pensar que ojalá todos tuviéramos el mismo “problema”. Pero fijarse solo en eso sería quedarse con lo más superficial de un relato de enorme sutileza, que insinúa mucho más de lo que muestra, y en el que el estado emocional del protagonista interpretado por Fassbender es el eje principal y motor de la historia ideada por Steve McQueen —que ya había trabajado con el actor siendo este todavía un desconocido en la demoledora `Hunger´ (id, 2008), película inédita en España— y su co-guionista Abi Morgan, cuyo trabajo se basa exclusivamente en el retrato detallado de un hombre atormentado.


Se ha dicho que `Shame´ —“vergüenza”, título ya de por sí bastante significativo— trata sobre un hombre con problemas de adicción al sexo. Yo no lo veo así, sino que creo que `Shame´ trata sobre un hombre atormentado por un pasado que nunca conoceremos, y que en cierto sentido comparte con su hermana —la omnipresente Carey Mulligan, también co-protagonista de la reciente `Drive´ (Nicolas Winding Renf, 2011), película que guarda no pocos parecidos con ésta, al menos en lo que se refiere a jugar a la sugerencia con el misterioso pasado de sus protagonistas—. El sexo no es más que una forma de liberación, una válvula de escape que le permiten huir del dolor y los recuerdos, de no sentir nada en busca del continúo momento de éxtasis, y no sólo en lo que se refiere al placer sexual en sí, sino en al placer previo, el de la “caza” —el juego de miradas y seguimientos con una mujer en el tren, o el momento en el que liga con una mujer en el bar aún sabiendo que muy probablemente se llevará una paliza de su novio—.

Porque el problema de Brandon no es que folle mucho, tenga un número bastante significativo de revistas porno o se haga una paja en el trabajo a la hora del descanso —quien esté libre de pecado honanista que tire la primera piedra—. El problema de Brandon es todo lo demás: es no poder conectar absolutamente con nadie y vivir casi aislado —su único “amigo” es su jefe, un hipócrita que se acuesta con otras estando casado pero aún así se atreve a juzgar el que otro hombre tenga pornografía en su ordenador—, es que no poder ni devolverle las llamadas ni estar bien con su hermana porque le recuerda demasiado el pasado que ambos comparten —esa lágrima derramada en la impresionante escena en que Mulligan interpreta “New York, New York” — y su problema es que cuando por primera vez le gusta una chica de verdad es incapaz de estar con ella físicamente, otra prueba más del modo en que utiliza el sexo para desconectar, mientras que es incapaz de hacerlo para conectar —el tipo de sexo que lleva a cabo es casual o pagado, nunca hay sentimientos de por medio—.


Brandon es un lobo solitario, alguien que ha sufrido tanto que quiere olvidar que es un ser humano, por eso se escuda en sus instintos más primarios, más animales, especialmente cuando su hermana entra en su vida y empieza a desequilibrarla y hacer que afloren sentimientos reprimidos en él. En cierto sentido el problema de él es también el de ella, ambos son seres tremendamente autodestructivos que difícilmente hallarán nunca la felicidad. Simplemente sus maneras de destruirse a sí mismos son diferentes: Brandon aislándose y  buscando autoinsensibilizarse a través del sexo, Sissy dejándose caer en las garras de hombres casados para luego intentar suicidarse cuando la dejan tirada. La única diferencia sustancial entre los hermanos es que mientras que Sissy busca refugio y consuelo en su hermano como modo de huir de su vida éste lo rehúye a toda costa, y la presencia de ésta hace que baje a los infiernos más profundos de su tormento personal.

El final, quizá lo peor de la película por previsible, no es no obstante necesariamente moralizante, sino que supone un punto de inflexión en el viaje emocional de Brandon justo después de tocar fondo. Dos caminos se abren en el horizonte, es el momento de seguir repitiendo viejos errores o de buscar un cambio. La respuesta obviamente, al igual que las incógnitas sobre el pasado de los hermanos, quedan para la imaginación del espectador, aunque evidentemente el tono realmente amargo de la cinta hace que uno no tenga muchas esperanzas sobre que las cosas puedan ir a mejor, más bien al contrario: `Shame´ es una película capaz de dejar a uno deprimido para lo que queda del día. Lo que sí queda de positivo es la increíble composición de Fassbender, la naturalista y elegante puesta en escena de McQueen —con larguísimas secuencias sin cortes con los personajes dialogando que quedan de lujo— y la banda sonora de Harry Scott, aunque sea un plagio DESCARADO de cierta partitura de Hans Zimmer. Por lo demás, una notable película de buscado toque íntimo e independiente.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Esta ha sido de las pocas películas que me han dejado con la boca abierta y no hablo precisamente del impacto que pudo haberme causado, sino porque no sabía ni siquiera cómo reaccionar o tan siquiera decidir si me gustó o no. Ya una segunda vez pude apreciarla mejor y a pesar de parecerme un poco aburrida por momentos, sin duda alguna es una cinta con gran carga psicológica enorme y un trabajo de Fassbender y Mulligan digno de todos los premios existentes.

Buena crítica. Un saludo :)

Alain Rodriguez dijo...

Puede resultar aburrida porque en realidad no tiene ni una historia en lo que se refiere a un principio y un final, sino que es un retrato parcial de la vida de un hombre. En este caso ni siquiera se trata de una película que me apasione personalmente, pero me parece muy buena en lo que se refiere a sus objetivos y resultados.