`Contagio´, ¡sálvese quien pueda!

“Nos descifra más rápido que nosotros a él…”

-Dr. Ellis Cheever (Laurence Fishburne)

Parece ser que Steven Soderbergh ha hecho todos los esfuerzos habidos y por haber para ganarse el título de director inclasificable, que se desenvuelve con igual soltura por cine comercial —`Ocean´s Eleven´ (id, 2001)— como el de autor —`Traffic´ (id, 2000), la que personalmente considero su mejor película—, llegando a estrenar un mismo año dos cintas tan dispares como una peculiar comedia —`¡El Soplón!´ (The Informant, 2009)— y un extrañísimo drama —`The Girlfriend Experience´ (id, 2009)—. Y aunque en general este es un aspecto que me gusta de él, que convierte su cine en algo llamativo y difícil de definir, en lo personal no puede desprenderme de la molesta sensación que los resultados nunca son tan positivos como las intenciones, y que en general el cine de Soderbergh queda por debajo de lo esperable en un director de su bagaje y sus evidentes conocimientos fílmicos, como demuestran ejercicios estériles como `El Buen Alemán´ (The Good, German, 2006), o el decepcionante díptico sobre la figura del Che —`El Argentino´ (Che: The Argentine, 2008) no estaba mal, pero `Guerrilla´ (id, 2008) fue un bluf total—.

Al parecer no debo de ser el único que tiene pegas en este aspecto con el cine de Sodenbergh (que como aficionado al séptimo arte siempre me ha parecido al menos interesante en muchos aspectos, aunque no termine de amistarme con su cine), y de hecho el director harto de tanta incomprensión anunció hace un par de meses su retirada del cine en cuanto terminara con los proyectos que tenía entre manos (que por cierto no son pocos). Una lástima en mi opinión, porque si bien Sodenbergh no me emociona especialmente me parece un director capaz de cosas muy interesantes (otras infumables como `Solaris´, también es verdad), y buena muestra de ello es sin ir más lejos esta última película que ha dejado en nuestras carteleras, un film a medio camino entre lo minoritario y lo comercial, con grandes estrellas (reparto espectacular) pero sin efectos especiales ni efectismos, en el que Sodenbergh demuestra que es capaz de lo mejor.

Seguramente muchos pensaban que `Contagio´ (Contagion, 2011) sería una concesión o una bajada de pantalones del director en busca de un último éxito comercial, seguramente esos mismos que finalmente la han tachado de fría y aburrida. Pero no, a pesar del sorprendente reparto Sodenbergh es fiel a sí mismo, a su estilo de narrar y de contar una historia fragmentada como ya hiciera en `Traffic´ (no en vano uno de sus grandes éxitos), al tiempo que analiza un tanto fríamente (algo que en mi opinión beneficia a la película, a la historia que se cuenta) el surgimiento de un nuevo tipo de virus, y sobre todo, el modo en que éste pone en jaque en apenas unos días al mundo entero, haciendo tambalear nuestro estilo de vida, nuestra civilización, dejando en evidencia lo efímera y poco sólida que es nuestra sociedad y nuestra especie en general.

Porque si bien el virus es el detonante de todo, el verdadero protagonista de la película (más incluso que los reconocidos actores que se turnan los minutos en pantalla) es el miedo, la histeria, hasta dónde son capaces de llegar algunas personas cuando las cosas se ponen mal: quiénes se aprovechan de la situación, quiénes mueren en el proceso, quiénes intentan solucionarlo, quiénes intentan sobrellevarlo… Es esa cierta frialdad con la que está narrada, pareciendo por momentos un anuncio de farmacéuticos, un documental, o los telediarios de esta misma mañana lo que aporta veracidad al relato, dotándolo de un cierto impacto mayor del que hubiera tenido de estar rodado de una manera comercial, más dramatizada y por tanto en general más emocionante, pero también más irreal. Un tipo de ficción que puedes llegar a vivir mientras estás viendo, pero que al salir de la sala de cine te parece fuera de alcance, demasiado fantástica, muy “Hollywood”. 

Lo que verdaderamente da miedo de `Contagio´ es que es algo que podría pasar realmente, tiene una identidad de documento auténtico sobre lo que ocurriría si el mundo se viese en esa situación y las cosas se pusieran realmente tan mal que pone los pelos de punta (sólo hay que echar la vista atrás y acordarse de la hoy un tanto olvidada gripe aviar, que en su momento fue fruto también de cierta histeria). En ese sentido tanto el comienzo del film, en el que con un montaje inmejorable se nos narra la fácil transmisión del aún joven virus en el segundo día de su existencia, resulta ejemplar, muy bien realizado y montado (contar en un sentido simultaneo una película tan global siempre supone mayor problema). Termina de rematar la faena el “sorprendente” final de la película, en el que (después de haber visto todo el percal montado y cómo todo vuelve más o menos a la normalidad) saltamos al día uno y vemos la prácticamente absurda y casual manera en la que se generó todo. Realmente no se me ocurre un desenlace mejor y una alegoría más terrorífica del llamado efecto mariposa.

Quedan en el camino escenas que se quedan grabadas en la memoria una vez has salido del cine, como la de Matt Damon en el hospital recibiendo la noticia de la muerte de su esposa (anecdótica aparición de Gwyneth Paltrow), o la de SPOILER la impactante muerte de Kate Winslet FIN SPOILER. Lamentablemente también quedan historias muy anecdóticas e inservibles como la protagonizada por mi musa Marion Cotillard (al principio hace mucho, a la mitad de la peli desaparece, y al final no aporta demasiado), o que no quedan todo lo aprovechadas que deberían. Laurence Fishburne y Jude Law también hacen una aportación estimable para una película con más virtudes que fallos, que merece ser vista por la calidad de sus intérpretes y el interés de su contenido, de una efectividad tremenda. Y es que es inevitable después de verla fijarse más en un simple tosido, o en a quién das la mano o cuántas veces te tocas la cara luego con ella. Así es `Contagio´, como una enfermedad que se expande, y además de eso una buena película.